De alta por falta de enfermeros

Un hospital con los equipos médicos más modernos pero sin personal para que los pacientes se beneficien de ellos. Es lo que ocurre en el hospital de La Paz (Madrid), donde Dolores Domínguez, de 41 años y que espera un trasplante de hígado, ha tenido que volver a casa sin el tratamiento programado (una novedosa técnica para desintoxicar la sangre) porque el centro "no dispone de personal de enfermería para la realización de la técnica", según la historia clínica.

Es la segunda vez que Dolores sufre esta situación en menos de dos meses. El hospital alega que la técnica aún está en fase "de estudio" y que cuando se incorpore a la cartera de servicios del centro, éste se dotará entonces "de los recursos técnicos y humanos, además de la formación específica del personal".

Dolores sufre de cirrosis biliar primaria, una enfermedad autoinmune -son los glóbulos blancos del propio enfermo los que desencadenan daños irreversibles en el hígado- que afecta principalmente a las mujeres de mediana edad. En el caso de esta paciente, los daños son tan importantes que figura en "el número 1 de la lista de candidatos a trasplante de hígado", según explico ayer la mujer.

Una de las funciones que el hígado de Dolores ya no puede llevar a cabo es la retirada de la bilirrubina de la sangre y su eliminación a través del aparato digestivo y las heces. La bilirrubina está formada por los restos de glóbulos rojos muertos y confiere a la piel el característico color amarillento de las personas que sufren del hígado.

Los niveles de bilirrubina de Dolores han alcanzado en las últimas semanas 40,5 miligramos por 100 centilitros de sangre, 26 veces más del 1,5 que se considera como valor normal máximo. "Este nivel es peligroso. Hay que intentar reducirlo cuanto antes porque disparan los riesgos de complicaciones. Lo más común es que obstruyan los riñones, con lo que la paciente sufriría un deterioro muy importante", explican fuentes médicas de un hospital público de la región.

Los médicos de La Paz decidieron someter a Dolores a un moderno tratamiento, denominado terapia Prometheus, que según varios estudios médicos es el sistema de diálisis hepática más adecuado para personas en espera de un trasplante de hígado. Ingresó el día 26 y una semana más tarde, el pasado martes, fue dada de alta sin haber completado las dos sesiones de diálisis previstas. El informe de alta, escrito por su médico, explica por qué: "La paciente ingresa para realización de diálisis hepática. El servicio de Nefrología no dispone de personal de enfermería para la realización de la técnica [Prometheus], por lo que es suspendida. Se comenta el caso con el servicio de Cuidados Intensivos, realizándose la primera sesión de MARS [otra técnica de diálisis] el 29 de marzo. A pesar de múltiples contactos con los servicios de Nefrología e Intensivos, no es posible realizar nuevamente la terapia durante esta semana, por lo que ante la ausencia de dicho tratamiento, se decide el alta hospitalaria una vez explicada la situación a la paciente y su familia".

Dolores no podía ocultar ayer su indignación. El hospital asegura que someterá a Dolores a más sesiones de diálisis la próxima semana y que su estado de salud le permite aguantar unos días más sin riesgos. Además, señala un portavoz, "el retraso en las sesiones no pone en riesgo su lugar en la lista de espera para recibir un trasplante hepático".