El regulador más controvertido

Con las empresas del Ibex y con los medios de comunicación; con la cúpula de Endesa y con la de la alianza ítalo-española de Enel y Acciona que se quiere hacer con la eléctrica; con el Gobierno y con la oposición... En los dos años y medio que ha presidido la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Manuel Conthe ha tenido encontronazos con unos y con otros, con los que dicen una cosa, y con los que defienden la contraria.

Su paso por el Banco Mundial, del que este madrileño a punto de cumplir 53 años fue vicepresidente para operaciones financieras, ya dejó claro que no es de los que se quedan callados cuando le pisan un callo. Conthe criticó la falta de coordinación en la cúpula de la institución multilateral; y el presidente del banco, James Wolfensohn, le respondió rebajándole de categoría. De vicepresidente pasó a soldado raso con el nombre de asesor especial. "He hecho un reclamo para que se me restituya en mi cargo", dijo Conthe entonces, pidiendo de paso una investigación para determinar si Wolfensohn había violado el código de ética del banco.

22 de las 35 empresas que cotizan en el Ibex se opusieron al 'Código Conthe'

"Cualquier jurista se ríe del recurso de Endesa", dijo. Los jueces dieron la razón a la eléctrica

El que fue secretario de Estado de Economía durante los últimos meses del felipismo salió tarifando del Banco Mundial. Y encontró refugió en una empresa de análisis financiero, hasta que Pedro Solbes propuso su nombre al nuevo Gobierno socialista para colocarlo al frente del organismo que regula los mercados de valores.

El 7 de octubre de 2004 Conthe toma posesión en la CNMV en sustitución de Blas Calzada. Le bastaron cuatro meses para que su nombre apareciera en los periódicos junto a las palabras "decisión polémica". El organismo regulador decidió un viernes de madrugada y tras una investigación de tan sólo tres días que era "prácticamente imposible" esclarecer las supuestas irregularidades contables en la compra que el banco Merrill Lynch hizo en 1996 de FG, firma bursátil presidida por Francisco González, máximo ejecutivo del BBVA.

El órgano presidido por Conthe adujo que no había descubierto indicio racional de una actuación "maliciosa y consciente" en las irregularidades que Merrill Lynch había detectado en FG. El PP vio en esta investigación un "asalto" al BBVA, mientras que Francisco González habló de una "campaña orquestada" contra él.

Pero la iniciativa de Conthe que encontró más resistencias fue el Código Unificado de Buen Gobierno, al que todo el mundo se refiere con el apellido de su principal impulsor. El Código Conthe, que se propone incrementar la presencia en los consejos de administración de miembros independientes y de mujeres, recibió el fuego cruzado de 22 empresas del Ibex 35, de las cajas de ahorro, de la patronal, e incluso de dos ex presidentes de la propia CNMV. La pega fundamental de las empresas era el tufillo intervencionista que desprendía el documento.

Las más de 80 alegaciones que recibió el proyecto hicieron que Conthe modificara en mayo de 2006 el texto "más en la forma que en el fondo", según reconoció él mismo. La versión definitiva ya no sugería que el vicepresidente de cada entidad fuera un independiente, y sustituyó las recomendaciones en futuro ("Las empresas tendrán") por el subjuntivo ("Recomendación de que las empresas tengan").

Otra propuesta polémica de Conthe: la de recomendar a las compañías que comunicaran a la CNMV las reuniones que sus portavoces mantenían con los medios de comunicación. El presidente del organismo regulador explicaba este afán controlador con que así se reducía el riesgo de infringir la Ley del Mercado de Valores. Los directores de comunicación y la prensa veían en cambio un intento por estrechar el cerco sobre la información económica.

Uno de los logros de Conthe ha sido la implantación de las normas internacionales de contabilidad. También se mostró firme a la hora de reclamar más transparencia a las entidades financieras y comisiones más baratas para sus fondos. A los administradores de las empresas les pidió que informaran sobre sus relaciones afectivas para evitar los casos de información privilegiada. Algunos calificaron esta medida de intromisión en la intimidad.

Y ha habido ocasiones en que los problemas con que se ha topado no le han llegado por tomar una decisión, sino por una lengua irrefrenable que le ha jugado más de una mala pasada. Como cuando insinuó que el empresario Fernando Martín había filtrado información privilegiada en la compra de la inmobiliaria gallega Fadesa. "Alguien vinculado al oferente" ha sacado partido de forma irregular, dijo Conthe un jueves. "Cometí un error involuntario fruto de la improvisación. Deseo presentar una disculpa pública a Martinsa y a su presidente", añadió 24 horas más tarde.

No es ésta la única frase que le ha costado una disculpa. Hay otra relacionada con uno de los asuntos que más han ocupado la cabeza de Conthe en los dos últimos años: la OPA sobre Endesa, que en septiembre de 2005 lanzó Gas Natural, y, medio año más tarde, la alemana E.ON.

La CNMV envió una carta a la eléctrica española recordándole que no puede "realizar o concertar" operaciones que "perturben el desarrollo de la oferta pública de acciones". El presidente de Endesa, Manuel Pizarro, exigió "juego limpio" al regulador en una teatral rueda de prensa. Agitando un ejemplar de la Constitución española con la mano derecha, Pizarro anunció que presentaría un recurso ante la Audiencia Nacional contra la CNMV.

"Cualquier jurista se ríe de ese recurso", dijo Conthe. Parece que los magistrados de la Audiencia no se rieron tanto, ya que suspendieron la efectividad de la carta. Conthe tuvo que envainársela. "Fue una ligereza, una torpeza mía de la que públicamente me arrepiento y por la que pido disculpas", aseguró.

Y es que en la batalla por Endesa, la CNMV y su presidente han recibido golpes por todas partes. El PP, partido que ayer alabó el "sentido común" de Conthe, había pedido su dimisión por el "alarde de parcialidad" que había mostrado en su supuesta ayuda a Gas Natural.

Y el Gobierno que lo nombró no vio con buenos ojos la moratoria de seis meses que impuso a la contra-OPA conjunta que planearon los italianos y españoles de Enel y Acciona. Conthe buscaba con esta medida evitar interferencias sobre la oferta en curso de E.ON.

Por si no le bastaban los enemigos con los que ya contaba, Conthe encontró en los últimos días la oposición en su propia casa. Se quedó solo cuando propuso ir más allá en las sanciones contra el dúo Enel-Acciona por posibles irregularidades. Ninguno de los seis consejeros de la CNMV secundó sus intenciones.

En una entrevista concedida a este periódico al principio de su mandato, Manuel Conthe aseguraba que podía actuar de forma autónoma respecto al Gobierno y criticaba la escasa autonomía de la que había gozado la CNMV en la anterior etapa. Lo que parece evidente el día de su dimisión es que no ha podido actuar de forma autónoma respecto a todos los demás.