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Columna
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Normalidad

L'Avenç cumple 30 años, reflejados en 323 números de contenido heterogéneo bajo sucesivas direcciones editoriales. Al nacer en 1977 su subtítulo era 'Història dels Països Catalans', mientras que hoy éste es más genérico y menos militante: 'Revista d'història i cultura'. ¿Qué balance permite trazar el camino que media entre ayer y hoy?

Desde mi experiencia como antiguo redactor jefe considero que su presencia continuada en el quiosco ha testimoniado la capacidad de la historiografía autóctona para generar un producto de cierta sofisticación, a caballo entre la alta divulgación y la innovación. Sus páginas -desde su mítico número cero dedicado a la Generalitat hasta el actual- han sido una buena radiografía de los logros de sus colaboradores. Estos han sido capaces de abordar una gran cantidad de temas desde su diversidad de tendencias y enfoques: entre la historia local y la nacional; entre la presencia de temas catalanes y otros españoles o internacionales; y han sido también un referente de algunas de las iniciativas más relevantes en el campo de la historia.

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Treinta años que hacen historia

Pero también -para qué ocultarlo- la revista ha reflejado las carencias de la corporación: su dificultad para usar un lenguaje eficaz al pretender divulgar; para abordar temas desde una óptica más comparativa y menos empirista, o para despojarlos de su compromiso ideológico en aras de mayor complejidad analítica. No obstante, en relación a los contenidos, intuyo que mis equipos predecesores y sucesores han querido administrar de la mejor manera esta cabecera reputada y la suma de fuerzas y debilidades que ha sido y es la historiografía catalana. En este aspecto, la revista quizá ha sido más un escaparate de las inquietudes y obsesiones del gremio en cada momento que un prescriptor académico. Por ello, valorar lo que cada etapa ha dado de sí, ya lo hará la hemeroteca, ese juez mudo y terrible.

Si como conclusión me pregunto qué reto queda a la publicación, señalaré uno claro: superar definitivamente su endémica mala salud de hierro empresarial y entrar en la normalidad. Así parece apuntarlo su asociación con RBA. Por descontado, deseo la mejor suerte en el empeño a sus gestores.

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