Batasuna supedita la vuelta a un proceso de paz a su participación en los comicios

En un acto mucho más novedoso en su forma que en su mensaje, la ilegalizada Batasuna dejó ayer muy clara su intención de ir a las elecciones de mayo "sin subterfugios" y "sin disfraces". "Si le dicen no a la participación [de la izquierda abertzale] en estas elecciones, estarán diciendo no a la posibilidad de construir un proceso democrático en este país", resumió su líder, Arnaldo Otegi, ante las más de 16.000 personas que se concentraron en Barakaldo (Vizcaya). Batasuna organizó un acto preelectoral al más puro estilo americano, algo inédito en su tradición política, en el que rindió homenaje a los presos de ETA y mostró a las claras que la territorialidad y la autodeterminación son irrenunciables para ella.

Batasuna mostró una vez más su pericia tanto para organizar actos políticos como para jugar al límite de la ley. Cumplió las condiciones que le había impuesto el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón en su auto del pasado viernes. Un total de 36 de los 41 citados por el juez, entre ellos toda la plana mayor de la organización ilegalizada, formalizaron por la mañana por escrito su compromiso de renunciar a hacer referencias de cualquier tipo a Abertzale Sozialisten Batasuna (ASB), el nuevo partido que pretende registrar. Las otras cinco firmas, entre ellas las de dos presas, llegaron ya por la tarde.

La exigencia judicial hizo que el acto comenzara con una hora de retraso. Tanto la escenografía como los discursos de los oradores evitaron cuidadosamente cualquier alusión a ASB para evitar la responsabilidad judicial que podría caer sobre los 41.

Delante de los supuestos candidatos para los comicios, entre los que estaban dirigentes como Karmelo Landa, Jone Goirizelaia, Joseba Permach o Pernando Barrena, el principal portavoz de Batasuna aseguró que estarán en las elecciones "sin disimulo", con su proyecto, sus hombres y sus mujeres. Dejó claras las condiciones. Sin presencia de los independentistas en los comicios no habrá "proceso democrático", eludiendo citar directamente las palabras "proceso de paz", pero siendo transparente en sus intenciones.

Otegi, que combino euskera y castellano, pidió "condiciones de igualdad" y aseguró, como ya habían hecho antes Barrena o Goirizelaia, que lo que "está en juego es el modelo de la transición del Estado". Atribuyó la posibilidad de un cambio de marco constitucional a "30 años de lucha de la izquierda abertzale".

Homenaje a los presos

El complemento a las condiciones de Otegi se pudo escuchar en las palabras de Barrena. Repitió una vez más que la izquierda abertzale no piensa aceptar nada "por debajo de la territorialidad y la autodeterminación", las condiciones irrenunciables que quieren "una mayoría" de los vascos. Reprochó tanto al PNV como, en especial, a los socialistas el fracaso en las conversaciones del año pasado para crear la mesa de partidos. Aseguró que el PSOE "tiene miedo al diálogo sin trampas" porque sabe que su propuesta es "sensata". Tanto los socialistas como el PNV se dedican a hablar de violencia, pero jamás se detienen a pensar en "la suya que ni mata ni hace daño", ironizó.

Goirizelaia ligó su intervención directamente a los comicios de mayo, reclamando una "alternativa independentista, pero también de izquierdas, para hacer frente a los gobiernos de la derecha, sean de UPN o del PNV".

Los oradores, y en especial Otegi, se mostraron especialmente duros con el PNV y con su presidente, Josu Jon Imaz, por preocuparse por su "interés particular", en vez del general.

Sin alusiones a marcas electorales, el lema principal fue Badator Euskal Herri Berria ("Viene la nueva Euskal Herria"). Batasuna no mencionó a ETA, pero sí homenajeó a sus presos y a históricos dirigentes independentistas.