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La teoría de la conspiración se enfrenta a la justicia

Desmarque de Rajoy, hastío en el PP

Carlos E. Cué

La evidente toma de distancia de Mariano Rajoy con su eurodiputado Díaz de Mera -"entiendo su dilema, pero todos los ciudadanos deben atender los requerimientos de la justicia", señaló- es sólo una muestra del hartazgo que se está extendiendo en el PP con la teoría conspirativa del 11-M.

Sólo Eduardo Zaplana y Esperanza Aguirre, entre los dirigentes más relevantes, mantienen su posición fija de apoyo a esas tesis. Rajoy no se ha atrevido a condenarlas expresamente en una reunión interna, lo que le valdría un abierto enfrentamiento con los medios de comunicación que las avalan, pero hace menos de un mes, en un Comité Ejecutivo, dejó clara su posición: la prioridad es el máximo respeto a los jueces. Ángel Acebes, su número dos, obedeció sin pensarlo y en las ruedas de prensa ofrece lacónicas respuestas sobre este asunto que evitan cualquier frase rara que pueda servir para un polémico titular de prensa y siempre se basan en dos ideas: respeto a la justicia, memoria para las víctimas.

Sin embargo, Acebes salió en defensa sin matices de Díaz de Mera, uno de sus principales colaboradores. El propio Zaplana, después de las palabras de Rajoy, hizo equilibrios para sostener que son "perfectamente compatibles" las muestras de solidaridad que él y Acebes tuvieron con Díaz de Mera -una persona sin enemigos visibles en el PP- con la invitación de Rajoy a que colabore con la justicia.

En privado, varios miembros de la dirección han señalado a este periódico en las últimas semanas su "hartazgo" con el asunto del 11-M. Precisamente en un momento que consideran de máxima debilidad del Gobierno, y tras la manifestación del 10 de marzo, que todo el PP ha valorado como un enorme éxito de la organización y en especial del propio Rajoy, estos dirigentes consultados creen que el partido debería abandonar cualquier apoyo a una teoría que, con toda probabilidad, el juicio y la sentencia dejarán en nada.

"Ahora que estamos construyendo la alternativa, que estamos logrando instalar la sensación de que podemos ganar las elecciones, esto sólo es ruido que nos aleja del objetivo real, que es Zapatero", señala uno de los habituales miembros de maitines.

"El asunto del 11-M pudo servir en un momento para cohesionar a nuestra militancia, pero los ciudadanos ya no están en eso, es muy difícil vender alternativa cuando se habla constantemente de algo que sucedió hace tres años", señala un dirigente muy próximo a Rajoy. Pero sólo el líder puede dar la orden para enterrar definitivamente la teoría conspirativa.

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