Premio a La Sexta

"Ángel, ¿te has fijado que en este programa no hay SMS de los espectadores?", dijo Patricia Conde durante la gala de los premios TP de Oro. "Lo raro sería que hubiera espectadores", le replicó con sarcasmo Ángel Martín, su compañero en Sé lo que hicisteis la última semana. La Sexta celebró su primer año de emisión acogiendo la entrega de premios de la revista TP, que el año pasado no salió al aire porque a ninguna cadena le interesó emitirlos. Ya pasó con los galardones de la Academia de las Ciencias y las Artes de la Televisión, tuvieron que celebrar la ceremonia en un hotel porque ningún canal les concedió un espacio. ¿El argumento? Más o menos, que no estaban dispuestos a emitir un programa donde se premiara a los otros canales. Estúpido egoísmo. Es la competencia mal entendida. Parecen vendedores de alfileres, no de espectáculo. Porque lo que más promociona sus productos es mostrarlos en un escaparate donde se aumente su valor. Y, aunque en ocasiones gane la competencia, es la contienda por las candidaturas lo que cuenta. E incluso el llamado glamour. Si no, ¿qué sentido tendrían los Emmy norteamericanos?

En los TP sucedió algo curioso. No hubo grandes lujos, el playback sonaba fatal, pero el auditorio de mediano tamaño estaba abarrotado de figuras importantes de la pequeña pantalla y parecía que los premios los compartían todos. Ana Rosa Quintana "consoló" a Patricia Conde al ganarle uno de los premios, otros también la llamaron a escena y Jesús Vázquez (mejor presentador) le dedicó un mensaje cariñoso desde un vídeo. Al final, sin llevarse ningún premio, fue la más mimada de la ceremonia.

Antena 3 y Tele 5 se llevaron cada uno cinco estatuillas. Cuatro se quedó con tres, al igual que TVE. La Sexta no se llevó ninguno. Pero creo que su gesto como anfitriones les valió la solidaridad y simpatía de los compañeros de profesión. Los Goya tardaron unos años en consolidarse, pero ya crean expectativas. Con la tele también se puede. Si se hace con calidad, claro.