Tinieblas polacas
No satisfechos con sacar adelante una ley que obliga a cientos de miles de personas a confesar si colaboraron con la policía política del régimen comunista, desaparecido hace 17 años, los gemelos que desde la presidencia de la República y la jefatura del Gobierno están al timón de los asuntos polacos planean ahora una vasta ofensiva contra las costumbres licenciosas, la homosexualidad, la pornografía y la prostitución, además del recrudecimiento, si ello fuera posible, de la legislación sobre el aborto en un país que ya tiene sobre el tema una normativa draconiana.
A los gemelos Kaczynski no les basta con encarnar un Gobierno nacionalista de derechas que chirría en la Unión Europea por su estrepitosa falta de colaboración con Bruselas y la incoherencia de sus postulados en materia exterior. El partido gubernamental Ley y Justicia se ha aliado en su cruzada para purificar Polonia con la Liga de las Familias, un socio minoritario de coalición cuyo objetivo básico es impedir que en las escuelas se enseñe la teoría de la evolución y que aspira a la prohibición del aborto en Europa. Es al celo ultramontano de esta Liga, cuyo jefe es precisamente ministro de Educación, al que se debe la cruzada en marcha contra la homosexualidad.
Si el Parlamento lo aprueba, en el próximo curso escolar los homosexuales declarados o quienes "promuevan" la homosexualidad no podrán ejercer la docencia en colegios públicos. En este vertiginoso viaje hacia las eras oscuras tripulado por los Kaczynski se espera del Parlamento polaco un gesto de sentido común similar al que, a finales del año pasado, impidió que prosperase la iniciativa de un diputado gubernamental para nombrar a Jesucristo rey de Polonia.
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