Hacer un máster contra la desigualdad
53 mujeres y siete hombres cursan el único posgrado de género que se imparte en Andalucía
Mar Gallego, profesora de la Universidad de Huelva, defiende que es necesario "romper barreras para que la sociedad se impregne de la idea de que la conciencia de género no es exclusiva de las mujeres, sino de ambos sexos". La frase resume el espíritu del programa de posgrado en Género, Identidad y Ciudadanía, que coordinan Mar Gallego y Asunción Aragón, de las Universidades de Huelva y Cádiz, respectivamente.
Se trata del único programa oficial de estudios de género que se oferta en Andalucía. El plan combina dos objetivos estratégicos: la investigación y la intervención social. Formar al alumnado en el análisis de las causas de la desigualdad de género y, a la vez, desarrollar proyectos prácticos. "Los conocimientos adquiridos aquí no pueden quedarse en el aula, tienen que salir a la calle, interactuar con la sociedad", expone Gallego.
En el máster participan 60 estudiantes, de los que 7 son hombres. El posgrado tiene su origen en el programa de doctorado que impartían las universidades onubense y gaditana en 2004, que obtuvo la Mención de Calidad del Ministerio de Educación y Ciencia en 2005. Un año después, se transformó en el programa de posgrado Género, Identidad y Ciudadanía, que incluye un título de máster y de doctorado. Pero la raíz de la iniciativa se halla en los Seminarios de Estudios de la Mujer, que desde 1994 han potenciado la docencia y la investigación en el campo de los estudios de género en ambas universidades.
El posgrado obtuvo el pasado 6 de marzo el premio Meridiana, del Instituto Andaluz de la Mujer, por su promoción de los valores de la igualdad entre hombres y mujeres. Mar Gallego remarcó que España va a la zaga de otros países en estudios de género: "En los países anglosajones y en EE UU esta materia se cursa como una licenciatura desde hace tiempo. Nuestro objetivo era lograr que los estudios fueran catalogados como oficiales. Hasta ahora se podía hacer el doctorado, pero el reconocimiento como posgrado no ha sido posible hasta este año". El máster, adaptado al Espacio Europeo de Educación Superior, mantiene convenios de colaboración con las universidades de Bremen (Alemania), Limerick (Irlanda) y University College Dublin (Irlanda).
El interés del alumnado
El máster se divide en d
os semestres. En el primero de ellos, el alumnado recibe las asignaturas obligatorias de Introducción al Pensamiento Feminista y a la Historia de las Mujeres y de Metodología de investigación e intervención en los estudios de género. En ese apartado hay un segundo bloque de docencia con asignaturas optativas como Mujeres Marginadas en Europa y América en los siglos XVII y XVIII. Esta materia ha atraído la atención de Carmen Serrano, de 39 años, trabajadora social y técnica del área de igualdad de la Diputación de Huelva. Serrano dirigió durante ocho años una casa de acogida de mujeres maltratadas. "Mi aproximación a la mujer siempre ha estado vinculada a sectores marginales y quería que alguien me enseñara que la perspectiva de género se puede aplicar a todos los ámbitos de la vida", destaca. Su trabajo de investigación comparará empresas dirigidas y gestionadas por mujeres para detectar "las dificultades a la hora de la conciliación de la vida laboral y familiar".
Manuel Aliaño, de 52 años, es uno de los siete hombres que cursa este máster. Ha centrado su atención en disciplinas acorde con su profesión, como la materia de Trabajo, Empleo y Transversalidad de Género. Manuel Aliaño es graduado social y trabaja como técnico de Recursos Humanos en el Ayuntamiento de Aljaraque (Huelva). "Me inscribí sin saber muy bien qué iba a encontrar. Ahora me doy cuenta de lo importante que es para los hombres la ruptura con lastres del pasado y la formación en este campo", indica.
Su proyecto de investigación versará sobre los Riesgos psicosociales en la empresa desde una perspectiva de género. "No me cabe la menor duda de que la mujer está sometida a unos riesgos psicosociales mayores que el hombres en el ámbito laboral por su condición de mujer", aduce. Mar Gallego concluye: "La conciencia de género tiene mucho de voluntad. Entraña una condición de libertad. De conciencia de libertad".
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