Aislados

Melilla se halla todavía incomunicada en su red de telefonía e Internet después de la rotura del cable submarino que une la ciudad autónoma con la Península

. La avería se produjo a primera hora de la tarde del pasado lunes, pero Telefónica aún no ha sido capaz de determinar las razones del fallo. Parece justo que el Ministerio de Industria decidiera ayer abrir un expediente a la compañía a fin de analizar si la actuación de ésta se ajusta a lo previsto en la Orden de Calidad, aprobada en 2006, en la que por vez primera se introdujeron medidas en relación con el tratamiento de las grandes averías.

El apagón electrónico ha afectado a una población de 66.000 habitantes. Las primeras 48 horas fueron caóticas. Quedaron desactivados los móviles, las operaciones bancarias no funcionaron y aun cuando el aeropuerto local continuó abierto resultaba casi imposible hacer reservas. El delegado del Gobierno aseguraba ayer por la tarde que el 90% de los teléfonos celulares y el 70% de los fijos estaban ya funcionando con normalidad, pero no así Internet.

La normalización del servicio tardará al menos una semana, es decir, lo que se presume cueste reparar el cable submarino de fibra óptica que une Melilla con Almería a unos seis kilómetros de la costa melillense. Antes tendrá que llegar un barco cablero procedente de Marsella. La compañía cree que la avería se produjo como consecuencia de las malas condiciones climatológicas de las últimas horas o por el roce de un barco. Pero la realidad es que Telefónica no excluye nada e ignora las verdaderas causas. Mala imagen se da con todo ello a la campaña oficial de alentar la llegada de empresas tecnológicas atraídas por las ventajas fiscales de la ciudad autónoma.