El PNV advierte a EA de que deberá "responder" por la polémica fiscal

El portavoz del PNV, Iñigo Urkullu, advirtió ayer a sus socios de Eusko Alkartasuna (EA) de que su oposición al acuerdo cerrado entre las tres diputaciones y el Gobierno sobre el nuevo tipo del Impuesto de Sociedades (28% y 24% para las pymes) no le va a salir gratis si termina por apartarse de él. Urkullu acusó a EA de actuar en contra de un acuerdo entre instituciones por intereses partidistas y avanzó que los peneuvistas no pasarán por ahí. Si EA no se atiene a ese acuerdo, "tendrá que responder" por ello, recalcó.

EA conoce, como partido con responsabilidades de gobierno, el acuerdo alcanzado en el Órgano de Coordinación Tributaria por las diputaciones y el Ejecutivo. Si se desvincula de él, "tendrá que responder de mantener una postura diferente", advirtió ayer el portavoz de la ejecutiva peneuvista, Iñigo Urkullu, a su socio.

Urkullu no precisó más y descartó que la polémica vaya a afectar a los acuerdos de gobierno, pero dejó sentado que los tres territorios deben tener un mismo tipo impositivo y que éste no puede ser "un elemento arrojadizo" entre partidos, en este caso socios además en tres de las cuatro instituciones implicadas (todas menos la Diputación alavesa). El PNV ha hecho esfuerzos de acercamiento de posturas, pero no puede admitir que su socio actúe contra un acuerdo interinstitucional por intereses de partido, recalcó.

En el Gobierno, en cambio, no toca hablar del asunto, ni pública ni privadamente. La crisis ni siquiera se trató en la reunión del Ejecutivo de ayer, aseguró la portavoz, Miren Azkarate, quien defendió como natural esa actitud. "Es que hoy no hay de qué hablar", sostuvo. "El Gobierno ya ha dicho todo lo que tenía que decir en el Órgano del Coordinación Tributaria", añadió. Azkarate resaltó que esa actuación en el mismo la adoptó "como tripartito", lo que obligaría por tanto también a EA.

El Ejecutivo no dirá ni hará nada más, agregó, hasta que las Juntas Generales de cada territorio aprueben las respectivas normas. "Después, ya veremos", añadió Azkarate, tras enrocarse en el trámite pendiente para eludir más de media docena de preguntas al respecto. "No vamos a adelantar acontecimientos"; "no vamos a pronunciarnos sobre hechos hipotéticos"; "no vamos a decir qué vamos a hacer o dejar de hacer" fue contestando.

Azkarate respondió con un "nada que decir" a cuestiones como el significado político que da a esta discrepancia pública y se negó también a comentar la advertencia a EA del diputado general de Vizcaya, José Luis Bilbao, en el sentido de que está rozando los límites de la lealtad entre socios. Tampoco aclaró si se convocará la comisión de seguimiento del pacto de gobierno.

Más allá de los pronunciamientos oficiales, el Gobierno parece esperar que la simple presión de los empresarios sobre EA, incluso sólo los cercanos a ese partido, haga variar su postura, sin necesidad de que la sangre llegue al Ejecutivo.

"Los gobiernos sólo se rompen cuando hay voluntad de hacerlo y entonces cualquier cosa, por pequeña que sea, vale como excusa. Si no hay esa voluntad, se aguanta cualquier cosa también", señalaron medios gubernamentales, al comparar la dimensión de las diferencias que en 1991 llevaron al PNV a expulsar del Gobierno a EA y las actuales.