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Reportaje:El transporte en la región

"Cuando multas poco, empiezan los problemas"

Dos empleados de la zona azul dicen que les despidieron por no sancionar

Daniel Verdú

Hasta el 27 de febrero, Elsa I. y Francisco B. eran controladores del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER). Ese día, fueron despedidos por "disminución en el trabajo", pero ellos denuncian que fue por no cumplir las órdenes de sus jefes de sancionar "lo insancionable": coches aparcados donde los parquímetros no funcionan o vehículos policiales camuflados. La empresa ha aceptado el despido como improcedente.

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Las mañanas que Elsa no realizaba muchas denuncias, recibía una llamada de su superior. "Me preguntaban cómo iba la cosa, si no había muchas infracciones... Todo muy sutil pero recordando que estaba multando poco. Y cuando es así, empiezan los problemas". A veces, cuando le tocaban zonas donde no hay un solo parquímetro en pie, ella no denunciaba. "Si no hay máquina, no se puede sacar el ticket. Pero ellos insisten en que multemos".

Por esa presión, dice, "hay compañeros que "lo denuncian todo", incluso "lo que no estorba o no es sancionable". "La empresa, algunas veces, nos pide que castiguemos como doble fila lo que es un mal aparcamiento en un carril en el que se circula". En ese caso, la diferencia es de unos 250 euros.

Esta controladora asegura que la obligaban a "sancionarlo todo", incluso vehículos oficiales y coches de policía camuflados. "Cuando iba a hacerlo, el agente me enseñaba la placa y me decía que estaba de servicio. Me decían que no podía multarles, y para mí su orden está por encima de la de mi empresa". Cuando se negaba, dice que su superior le pedía que realizara la denuncia y que, en todo caso, el afectado ya recurriría. "La placa podría ser falsa", arguyen en la empresa.

"Desobediencia a superiores"

Los motivos que figuran en su carta de despido son la "disminución voluntaria y continuada de trabajo", "desobediencia a superiores en cualquier materia de trabajo" o "no prestar la debida atención al trabajo encomendado". Según la empresa, eso no tiene ninguna relación con el número de denuncias. Es, dicen, una cuestión de actitud.

"Quizá no es el trabajo soñado. Pero hay que estar en la calle para solucionar problemas y no para crearlos", explica Javier Vara, director del servicio de la UTE VEA, concesionaria del SER donde trabajaban Elsa y Francisco. La empresa no quiere entrar "en el debate" de los motivos exactos por los que se produjeron los despidos ni dice cuáles eran esos problemas que creaba. Ambos despidos los ha reconocido como improcedentes, con una indemnización de 900 euros. Según Elsa, en la última semana "se ha echado" a 10 empleados. La UTE VEA no da información al respecto.

Elsa dice que le gustaba humanizar eso de poner multas a diestro y siniestro. Por ejemplo, el tiempo que puede sobrepasar un coche aparcado en zona azul respecto a lo que indica su ticket son 10 minutos. "Yo dejaba cinco minutos más. Al repartidor o al comercial, a veces no les da tiempo a hacer la gestión y tardan unos minutos más", dice.

Ayer, los colectivos antiparquímetros de Madrid denunciaron el "linchamiento" que en su opinión están sufriendo. Se quejan de la difusión de unos vídeos donde aparecen algunos vecinos, presuntamente causando daños en los parquímetros. Además, advirtieron de una posible denuncia del caso a la fiscalía de Menores, porque algunas personas que aparecen no tienen 18 años. Elsa y Francisco estuvieron con ellos.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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