"Hay que disciplinarse para hacer la misma labor sin emplear más tiempo"
Ardenia Sanz, funcionaria de Administraciones Públicas, ha cambiado el palacete que alberga la sede central del ministerio por el salón de su casa. Durante uno o dos días a la semana, esta empleada de 50 años se vale de su portátil para gestionar el trabajo sin pasar por la oficina. Sanz es una de los 110 funcionarios acogidos al proyecto piloto de teletrabajo que ensaya el ministerio desde hace varios meses. "Resulta ventajoso para organizar tu vida y tu casa", explica esta empleada pública en conversación telefónica. "Poder acompañar a mi madre al médico viene muy bien", añade.
Tras más de 25 años en la Administración, Sanz ha decidido perderle el miedo al ordenador y quedarse en casa los martes y los viernes, dependiendo de la semana. Su trabajo en el gabinete técnico de la Subsecretaría del ministerio le permite reservar esos días para elaborar informes y acudir al trabajo cuando hay reuniones u otras labores que requieren presencia física: "Los lunes hablo con mi supervisor sobre lo que voy a hacer en la semana porque se trata de que la productividad no disminuya". Sanz asegura que la suya, "por lo menos se mantiene", aunque admite que hay "cosas mejorables".
Lo primero es "buscar un sitio para concentrarse". Esta funcionaria ha optado por el salón de su casa porque no dispone de más espacio. A partir de ahí "hay que disciplinarse para hacer la misma labor sin emplear más tiempo". Con el ordenador que le ha proporcionado el ministerio, Sanz accede de forma segura al sistema interno del departamento.
De momento el proyecto tiene vigencia hasta el verano. Pero una vez esté en vigor el decreto de teletrabajo, esta empleada tiene previsto continuar. "Me parece muy interesante, aunque sin perder el contacto con los compañeros, que también se necesita".
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