El 5,39% de los nacimientos registrados en Euskadi en 2005 fue de parejas mixtas

El creciente peso de la inmigración está mostrando en Euskadi un camino que en otras comunidades se lleva recorriendo desde hace tiempo: el mestizaje. El 8,95% de los matrimonios registrados en 2005 fue mixto, es decir entre vascos e inmigrantes, lo que supone un 134% más que diez años antes. Y en esta línea, el 5,39% de los niños nacidos ese año procedió de estas parejas. El fenómeno es imparable, pero no garantiza un aumento notable de la natalidad al seguir la misma pauta que los matrimonios autóctonos, en los que apenas se supera la tasa de un niño por mujer.

En algunos ámbitos, como en la escuela, el fenómeno de la inmigración se viene consolidando desde hace años. Ahora le toca el turno a otras facetas sociales, como es el caso de los matrimonios. El porcentaje de enlaces mixtos es muy parecido a la media nacional, aunque el peso en Euskadi de la inmigración es notablemente inferior al de otras comunidades. En el País Vasco, el 4% de la población es extranjera, frente al 8,5% que se registra de media en el resto de España.

Además, la comunidad autónoma aporta otra peculiaridad con relación a la composición de ese porcentaje de extranjeros. El 43,2% son latinoamericanos, que en la nación representan el 34,9%. La otra diferencia estriba en los inmigrantes procedentes de Europa. Suponen en Euskadi el 27,4% del total de extranjeros y en España el 36,2%.

El Instituto Vasco de Estadística-Eustat ha realizado un estudio analizando el periodo comprendido entre 1996 y 2005 para comprobar cómo ha evolucionado el mestizaje en la sociedad vasca. Martín González, sociólogo y responsable del servicio de estadística demográfica del Eustat, señala como primera característica que "la sociedad vasca no ve la inmigración como un problema, en líneas generales". Se trata, precisa, de una inmigración diferente a la del resto del Estado, menos problemática a la hora de la integración.

Según los datos del estudio, el 5,39% de los niños nacidos en 2005 procedieron de un matrimonio mixto. Otro 5,63% de nacimientos correspondió a parejas en las que los dos progenitores son extranjeros. En conjunto, un 11% de los niños nació de uno o los dos padres foráneos.

Repunte de la natalidad

La llegada de inmigrantes ha propiciado un ligero tirón de la natalidad. Los expertos aprecian ese repunte, pero advierten de que no va a ir a más. "Los matrimonios mixtos tienden a tener las pautas de fecundidad del conjunto de la sociedad vasca. Los formados por dos extranjeros tienen tasas más altas, pero tampoco es como para lanzar las campanas al vuelo. Prueba de ello es que sólo ha crecido el número de nacimientos de matrimonios en los que uno de los dos padres es extranjero en un 242%, cuando en el resto del Estado ha sido cerca del 400%".

La conclusión de González es que la sociedad vasca sí se mezcla, pero eso no se traslada a las pautas de descendencia. Otro dato que lo corrobora es que desde 1996 a 2005 el número de matrimonios ha descendido un 4%, pero los mixtos han crecido un 134,9%. Del total de estos enlaces celebrados en 2005, en 543 de ellos el varón era vasco y en 305 fue la mujer la que se casó con un extranjero. El sociólogo recuerda que en muchos casos los inmigrantes suramericanos, que suelen llegar con un contrato de trabajo, han tenido sus hijos en sus países de origen y después los traen a Euskadi, por lo que no aumenta el número de nacimientos por esa vía. "No vienen a tener hijos, sino a trabajar todo lo que puedan para asentarse y traer a su familia, que la han dejado en su país de origen".

Al calor de los enlaces mixtos ha surgido la polémica relacionada con los matrimonios de conveniencia. Los registros civiles de algunas comunidades han alertado de un aumento significativo de matrimonios entre españoles o españolas y extranjeros o extranjeras. Los registros civiles rechazaron en 2005 la inscripción de 259 enlaces en todo el país por esta circunstancia.

La inmensa mayoría de esos casos eran matrimonios de conveniencia, lo que supone un fraude de ley ya que se celebran con la única finalidad de beneficiarse de las consecuencias legales que comporta estar casado. La legislación española permite que al cabo de un año de la unión entre un extranjero y un español, aquél pueda obtener la nacionalidad siempre que haya estado ese tiempo residiendo en España inmediatamente antes de la petición, de manera legal y continuada.