La distancia necesaria
La Casa de Galicia en Madrid presenta a los poetas y nuevos creadores gallegos
Para hacer sonar a Galicia fuera y dentro de sí misma, la Casa de Galicia en Madrid necesita la distancia. El escritor y periodista orensano Alfonso S. Palomares, director desde hace un año de la delegación de la Xunta en la capital española, agradece esta lejanía con la que pretende convertir a esta sede del Gobierno autónomo en Madrid, inaugurada hace ahora 15 años, en "el gran tambor" de Galicia.
"No sólo de lo gallego aquí, sino también del gallego de aquí. Queremos ser sonido y eco. Y todo eso sólo puede hacerse cuando hay distancia", afirma Palomares desde el silencio solemne de un edificio casi centenario situado en el número 8 de la madrileña calle Casado del Alisal, entre el Museo del Prado y el Parque del Retiro.
Las cifras de su gestión resuenan del mismo modo. En la otra distancia, que recorre el tiempo, el balance de 2006 resulta apretado. Desde que Palomares se incorporó a la Casa de Galicia, el 30 de enero del año pasado, la institución ha celebrado más de un centenar de actos públicos. En su mayor parte de tipo cultural, como presentaciones de libros, conferencias, recitales de música y poesía. Además de reuniones de trabajo organizadas por diferentes asociaciones profesionales de gallegos en Madrid y numerosas exposiciones, que el director de la Casa de Galicia quiere culminar a finales de este año con una gran muestra pictórica, para la que ya se está preparando un catálogo y una exposición itinerante.
"Aquí hay un total de 195 cuadros, algunos de ellos valiosos y no suficientemente exhibidos, que queremos sacar y llevar por toda Galicia. Tenemos cuadros de artistas como Luis Seoane, Manuel Colmeiro y Nelson Zúmel, entre otros", revela Palomares con el rigor teñido del ímpetu de quien ha sido, entre otros muchos oficios, seguidor de Albert Camus y autor de diversos libros de ensayo y literatura, entre los que destaca su biografía del ex presidente del Gobierno español Felipe González, el hombre y el político.
Para el presidente del Gobierno autónomo, quien hace un año lo presentó a los medios como el encargado de convertir a Madrid en "un escenario propicio para Galicia" y "una plataforma para abrirnos al mundo", el director de la Casa de Galicia sólo tiene palabras de reconocimiento. "Emilio Pérez Touriño me manifestó muchas esperanzas y me dejó total libertad. Prometió el apoyo y me lo está dando", asegura Alfonso S. Palomares, al tiempo que confiesa su sorpresa cuando el presidente del Gobierno gallego lo designó como su representante en Madrid. "Apenas le conocía, pero ahora siento una sintonía muy fuerte con su política".
Esta ha sido, además, la primera vez que Alfonso S. Palomares tiene un oficio diferente al periodismo. Una profesión que no le abandona. Tras dirigir diversas publicaciones y haber sido durante 10 años presidente de EFE, en un periodo en el que la agencia de noticias fue galardonada con el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, Palomares sigue colaborando con el Grupo Zeta, en el que ha recorrido el último tramo de su carrera profesional. "Si periodismo es contar, yo tengo la impaciente curiosidad de un periodista por contar aquí las cosas de Galicia", manifiesta.
Aunque más que contar, prefiere escuchar. En particular, a los jóvenes. Para ellos, se ha abierto ReCrea Galicia, un ciclo inaugurado hace unos meses y en el que los nuevos valores gallegos tienen la oportunidad de presentar en Madrid sus propuestas de música, teatro y otras manifestaciones artísticas. Otra de las citas es con la poesía. Una vez al mes, Estaciones poéticas reúne en una misma mesa, con Vicente Araguas como moderador a tres poetas de diferentes generaciones.
El escritor Carlos G. Reigosa será el encargado de coordinar los "diálogos culturales con gallegos", otro de los proyectos que bullen en el verbo pausado de Palomares. Un hombre de espíritu joven e inquieto, pero con las maneras suaves de quien ha alcanzado ya la edad de la jubilación, y que define su trabajo al frente de la representación oficial de la Xunta , donde dirige a un total de 27 personas, entre funcionarios y personal contratado, como "un desafío apasionante".
"La Casa de Galicia en Madrid, de la que este 24 de febrero se cumplen 15 años, ya existía y por aquí se hicieron muchas cosas antes. Por lo que no pretendo romper con esa trayectoria anterior sino enriquecerla, diversificarla con nuevos desafíos". Sin ánimo de romper, aunque sí con el deseo de "perturbar". "Lo que quiero es que la Casa de Galicia se convierta en un centro de perturbación, que sirva para agitar nuevas ideas y proposiciones".
Financiación externa
Como edificio adherido a la Secretaría Xeral da Presidencia, la Casa de Galicia en Madrid ha supuesto en el último año un gasto al erario público gallego que ronda los 18.000 euros mensuales. Palomares busca ahora la financiación externa de entidades como Caixa Galicia y Caixanova.
De fuera vendrán también parte de los contenidos del nuevo sitio en Internet de la institución, que estará disponible en unas semanas. Un salto cualitativo que permitirá salvar otra distancia, la de la comunicación. "Queremos que sea un periódico en la red, una web muy abierta e interactiva", explica Palomares. "Aparte de contar lo que estamos haciendo nosotros, nos gustaría recibir sugerencias de los demás". Desde la Red se podrá acceder al listado de las cerca de 8.000 publicaciones existentes en la biblioteca de la Casa de Galicia, además de obtener información acerca de su oficina de turismo y de su registro administrativo.
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