El éxito de las pequeñas 'telecos'

Los anuarios de empresas de hace diez años no recogían la existencia de Dialcom, NTR, DS2, Brainstorm, Dimat, Fractalia... En menos de una década, estas compañías, nacidas a la sombra de universidades o a la estela de la burbuja de las punto.com, se han hecho un hueco en el negocio de las telecomunicaciones.

Los primeros años fueron difíciles porque compiten en un sector que requiere un gran volumen de capital para desarrollar productos piloto. Después hay que conquistar mercados, firmar contratos y cobrar. Pero, paso a paso, han incrementado sus clientes, sus plantillas y su facturación. Algunas cuentan con más de 250 empleados.

Unas se dedican a desarrollar programas de realidad virtual y gráficos. Otras prestan servicios informáticos de acceso remoto, software para videoconferencias o escenografías virtuales en 3D para las cadenas de televisión... El abanico y volumen de prestaciones es lo suficientemente amplio como para situarlas a todas ellas entre pymes de mediano tamaño.

Otro rasgo que tienen en común y que las diferencia de las firmas que despuntaron en la época de la burbuja es que la mayoría obtienen beneficios y unos retornos de hasta el 25%. En casos como el de LaNetro Zed, fundada en 1996, facturó 27 millones de euros en 2003. El año pasado sus ingresos alcanzaron los 320 millones, un volumen que se agigantará tras ser adquirida por la británica MonsterMob.

Lo más interesante del recorrido de las pequeñas telecos españolas es que buena parte de su facturación procede de las ventas al exterior. NTR vende el 70% de su servicio de soporte remoto de redes de ordenador a varios países europeos, Estados Unidos y Brasil. El éxito de estas pequeñas telecos se fundamenta, según sus fundadores, en que han sabido dar con un producto tecnológico inédito en el mercado.