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12 días tumban tres años de mentiras

El primer mes de juicio entierra las sospechas del PP y sus medios

José Manuel Romero

La derrota electoral del PP tras el atentado del 11-M dejó algunas secuelas políticas graves. La más importante fue el empecinamiento de los derrotados por airear sospechas respecto a los autores de la matanza de los trenes. Desde entonces, el PP denuncia maniobras perversas en la investigación del atentado para justificar su pérdida del poder.

Esas sospechas han marcado estos tres años de investigación del mayor atentado en la historia de España hasta el punto de convertir el juicio del 11-M en un escenario donde cada día se pone en cuestión la actuación de jueces, fiscales, policías, guardias civiles y servicios de información. Y se lanzan sugerencias sobre la posible complicidad de todos ellos con los terroristas.

Las 12 primeras jornadas de un juicio que se prolongará hasta el mes de julio han permitido enterrar las más repetidas teorías de la conspiración que apoyan numerosos dirigentes del PP, que airean varios medios de comunicación y que defienden algunas acusaciones particulares vinculadas o patrocinadas por administraciones gobernadas por los populares.

EL EXPLOSIVO DE LA MATANZA DE LOS TRENES.

El PP sostiene, aun tres años después y con decenas de informes periciales, que en los trenes pudo explotar dinamita de la utilizada por ETA (tytadine robada en Francia), pero no ha habido ni un solo análisis de explosivos que haya encontrado rastro de los principales componentes de ese explosivo. El último análisis elaborado en los días previos al inicio del juicio, y supervisado por ocho peritos (cuatro de ellos, de parte, que representan a un abogado de los acusados y tres defensores de acusaciones particulares), encuentra los componentes de la Goma 2-ECO en todos los restos de explosivo intacto y una sustancia que no forma parte de ese explosivo, el DNT, en cantidades tan ínfimas que todos los expertos se inclinan por la teoría de que se trató de una intoxicación.

LA FURGONETA DE LOS TERRORISTAS.

El PP se ha creído la elucubración de algunos medios sobre la furgoneta en la que los terroristas trasladaron los explosivos basada en una declaración que han malinterpretado respecto a que el interior del vehículo estaba vacío. La declaración en juicio del policía que inspeccionó la furgoneta ha echado por tierra esta descabellada hipótesis. El agente aseguró que en la furgoneta "había muchas cosas y estaban revueltas".

EL TEMPORIZADOR PARA LAVADORAS.

Uno de los abogados de los acusados de 191 asesinatos intentó hacer pasar un temporizador encontrado en la casa donde se reunían algunos de los terroristas del 11-M por uno de los que habitualmente usa ETA. El sumario y las fotografías de ambos temporizadores demostraron la falsedad de la sospecha.

ETA, POR NINGÚN LADO.

Durante las 12 primeras sesiones del macrojuicio, la palabra ETA ha aparecido en numerosas ocasiones en boca de los abogados que defienden a los asesinos y en los representantes de la acusación particular de dos asociaciones de víctimas (minoritarias en relación con los afectados del 11-M) que defienden las teorías conspirativas. Pero ni las respuestas de los acusados ni los informes obrantes en el sumario ni las declaraciones de los policías que investigaron los hechos han permitido acreditar ni una sola de las sospechas.

LOS INFORMES DEL CNI.

El tribunal ha solicitado al Gobierno la desclasificación de un informe del Centro Nacional de Inteligencia en el que algunos de los que apoyan la teoría de la conspiración basaban sus esperanzas de encontrar a ETA. Ese informe, desclasificado por el Gobierno el pasado viernes, tampoco incorpora ni un solo indicio en el que sustentar las dudas aireadas por los medios afines al PP.

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