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Crónica:LA CRÓNICA | NACIONAL
Crónica
Texto informativo con interpretación

Rescatar un tiempo de reforma

El PSOE quiere acentuar en este último año su imagen de progreso

Soledad Gallego-Díaz

Inevitablemente, la semana que comienza mañana estará también marcada por el caso De Juana Chaos. El martes comparecerá ante la correspondiente comisión parlamentaria el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, para explicar todos los pormenores de la decisión de trasladar al detenido a un hospital vasco, en prisión atenuada, y para, a petición del propio grupo parlamentario socialista, "situar esa decisión en el contexto de la anterior política penitenciaria".

Los responsables del PSOE aseguran que conocían perfectamente el alto coste que iba a tener esa decisión, pero mantienen que resultaba inevitable. Reproduciendo las palabras que empleó Diego López Garrido, el portavoz socialista en el Congreso de los Diputados, en la última reunión del comité federal del PSOE, "el estado de derecho siempre llama dos veces", y todo este asunto partió de un verdadero desaguisado jurídico: el empeño en evitar que De Juana Chaos saliera de la cárcel cuando cumplió su condena por los 25 asesinatos.

Nadie oculta su inquietud por las elecciones de mayo: ahí se demostrará si la bronca moviliza también a los electores socialistas o si induce a cierta abstención

"Es curioso que toda esta bronca haya tenido su origen, precisamente, en la decisión, bastante irregular, de no dejar a De Juana Chaos en libertad", se lamenta otro miembro de la dirección socialista. Muy pocos niegan en el PSOE que en esta historia se han cometido numerosos errores tácticos. "Habría sido mucho menos costoso sacarle cuando cumplió, como ha hecho siempre el PP, sin que nadie abriera el pico, que no sacarle ahora, enfermo y en huelga de hambre".

Dentro de esos errores tácticos de los que hablan muchos socialistas figura, sobre todo, la "absurda" entrada de De Juana Chaos, a pie, en el hospital de San Sebastián. Los socialistas aseguran que está realmente en malas condiciones y que si salió a pie, fue por el enorme lío que se montó a la entrada del hospital. Lo suyo, incluso desde el punto de vista de la debilitada salud de De Juana Chaos y de evitarle un momento tan agobiante como el que pasó, hubiera sido que viajara sedado. Desde luego, admite un representante del Partido Socialista, no hubo nadie pendiente de los detalles, y en estas historias hay que estar mucho más atentos de lo que estuvo el PSOE.

También se considera un error táctico la intervención del presidente del Gobierno en Marruecos ("ahora se van a saber más cosas"), que pudo dar la impresión de que se iniciaba una guerra de trapos sucios en relación con la política penitenciaria antiterrorista. El presidente, admite al menos un alto responsable del Partido Socialista, es, a veces, "demasiado activo". El "activismo" de José Luis Rodríguez Zapatero tiene sus innegables ventajas, dado que sigue siendo el político más apreciado del país, pero también algunos inconvenientes.

Un cuarto de legislatura

Los socialistas intentarán esta semana reconducir algo la agenda, sobre todo para atajar la impresión que está logrando transmitir el PP de que la legislatura está ya acabada. "Falta exactamente un cuarto de legislatura, algo más de un año, y no hay nada amortizado. En este tiempo hay bastantes cosas que poner en marcha", insisten en la dirección del PSOE.

El Partido Socialista quiere centrarse en la idea de que ésta ha sido, y sigue siendo, una legislatura "reformadora" y que es precisamente esa condición, y no la eventual negociación de un proceso de paz en el País Vasco, lo que vuelve tan agresivo al PP, "un partido", afirman, "conservador y reaccionario".

Nadie oculta, sin embargo, su preocupación por la prueba de fuego que supondrán las elecciones municipales y autonómicas del próximo mes de mayo, especialmente si el PP consigue que giren, en toda España, en torno a las eventuales agrupaciones electorales de la izquierda abertzale. Lo ocurrido hasta ahora será, casi, un aperitivo, aseguran en el Partido Popular, que afina ya toda su maquinaria para el supuesto de que algunas de esas listas consigan finalmente presentarse.

La principal duda de los socialistas es si "la bronca" ayudará a movilizar a sus propios votantes en toda España, indignados por el acoso al que les somete el PP y por la agresividad de sus planteamientos, o si se producirá un cierto grado de abstención en las zonas más moderadas de su electorado. En ese dilema gira la apuesta electoral de mayo del Partido Popular. Hasta ahora no ha buscado ninguna graduación del enfrentamiento, sino el choque más brutal posible, pero algunos expertos del PP creen que, según se vaya acercando la fecha, intentarán controlar los símbolos y demostraciones más claramente extremistas y, sobre todo, más claramente franquistas.

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