"América Latina fue una de las víctimas del 11-S"

José Antonio García Belaúnde (Lima, 1948) pertenece a una de las familias limeñas más conocidas: los Belaúnde. Son muchos pero todos están emparentados y probablemente el más conocido es el ex presidente Fernando Belaúnde Terry, tío del ministro. García Belaúnde es un incondicional del presidente Alan García. Amigos y compañeros de estudios, se mantuvo fiel a García cuando acabó su primer mandato en 1990 y tuvo que huir del país por los escándalos de corrupción. Tanta lealtad dio fruto: tan pronto como el líder del Partido Aprista regresó al poder en julio de 2006, lo puso al frente de la cartera de Exteriores. Lo primero que hizo García Belaúnde fue trabajar para mejorar las tensas relaciones con Chile y preparar la cumbre UE-América Latina de 2008 en Lima. La organización de esta reunión fue una de las razones que lo trajo estos días a Madrid.

"La unión suramericana no pasa por lo ideológico, sino por una buena red de carreteras"

El ministro intenta quitar hierro al enfrentamiento que tiene a la región en vilo, el del presidente estadounidense, George Bush, y del venezolano, Hugo Chávez. Cree que los países que no están en el meollo de la crisis, como Perú, deben jugar sus cartas para estar bien con todos. A río revuelto, ganancia del pescador.

"Para nosotros", dice García Belaúnde, "no hay un conflicto, sino dos percepciones de cómo insertarse en el mundo. Una visión más moderna apuesta por la inclusión de nuestros países en la economía mundial y la otra, que ve inminente el colapso de la globalización, cree que hay que volver a las políticas de los sesenta y setenta. Creo que la región debe aprender a vivir con estas dos visiones opuestas. América Latina fue una de las víctimas del 11-S, Estados Unidos centró toda su atención en Asia Central y Oriente Próximo y hoy, más de cinco años después, lo que Bush intenta con su actual gira es recuperar la influencia estadounidense en la región. Pero las discrepancias políticas no pueden impedirnos trabajar juntos".

¿Es posible que haya integración regional con políticas tan opuestas como las de Perú y Bolivia, o Brasil y Venezuela? "No podemos tener un mercado común a la europea, es muy difícil, al menos en los próximos 10 años. Pero lo que sí podemos tener es una integración fundada en las infraestructuras y en la energía. La unión suramericana no pasa por lo ideológico, sino por una buena red de carreteras. Los latinoamericanos estamos muy desconectados".

En contraste con la política de nacionalizaciones del sector energético que han emprendido Venezuela y Bolivia, Perú está dando una mayor entrada al capital extranjero en su sector energético. Tiene un modelo similar al de Brasil: los recursos naturales pertenecen a la estatal Petroperú, pero ésta puede conceder la explotación a otras compañías. Esta semana, la brasileña Petrobras y la belga Suez anunciaron la inversión de 1.300 millones de dólares para construir una planta de fertilizantes y un gasoducto en el sur de Perú.

Otro tema candente para el Gobierno de García es la inmigración. En España se calcula que ya hay 100.000 peruanos y las largas colas que se ven cada día frente a la Embajada española en Lima demuestran que llegarán más, a pesar de la obligación de obtener el visado. "El tema es tan importante", dice el ministro, "que merece una negociación aparte en la relación bilateral. Aunque la imposición del visado es inevitable, creo que tenemos que acordar un sistema más flexible para conseguirlo. No puede ser que en estos tiempos, en los que se puede comprar libros en Amazon con una tarjeta de crédito, una persona tenga que pasar horas en la puerta de una embajada para conseguir un visado. Además, no creo en los visados. La historia nos demuestra que, tarde o temprano, los migrantes sortean todas las barreras. He propuesto al ministro [español Miguel Ángel] Moratinos crear una comisión mixta para tratar este tema y tal vez logremos acuerdos para facilitar la integración de los peruanos en España, como hemos hecho con Argentina y Ecuador. Aparte de esto, estamos trabajando para abrir oficinas del Banco Nacional en Europa para abaratar el envío de remesas".

Lo que más temían los peruanos con el regreso de García era que volviera la corrupción que marcó su primera legislatura. Casi un año después, ya ha dimitido la ministra del Interior, Pilar Mazzetti, por un escándalo de corrupción. ¿Ha vuelto la gran bestia negra del partido aprista? "Lo que demostró el caso de la ministra Mazzetti es que el proceso por el que se deciden las licitaciones no funciona y hay que revisarlo. Los funcionarios de los ministerios no deben involucrarse en las compras públicas, por lo que se pretende crear una comisión o un organismo independiente que se ocupe de eso. Queremos que no haya corrupción y que la gente tenga conciencia de que estamos luchando contra el fraude".