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La crisis de gobierno de Tarragona amenaza con paralizar el nuevo estadio del Nàstic

El alcalde Joan Miquel Nadal asume la responsabilidad de la fuga de un concejal de CiU

La construcción de la nueva ciudad deportiva de Tarragona se tambalea, agravada por la crisis en el Consistorio, en el que CiU y PP, socios de gobierno, se han quedado en minoría tras pactar la expulsión del Ejecutivo local de tres ediles. Ayer, el alcalde Joan Miquel Nadal asumió toda la responsabilidad de la fuga de Agustí Mallol, un histórico edil convergente que se ha dado de baja del partido y apoyará el proyecto socialista, cuya marcha ha provocado también la expulsión de dos ex concejales populares que mantenían sus carteras pese a haber pasado al grupo mixto en diciembre.

"Tal como están las elecciones municipales no serán capaces de adjudicar las obras del nuevo estadio", decían ayer fuentes del club Gimnàstic, que reconocían que la tensa situación política actual de Tarragona -el gobierno estará en minoría hasta las elecciones- no es la mejor para aprobar un proyecto de la relevancia para la ciudad de un nuevo estadio y una ciudad deportiva.

Otras fuentes cercanas a la mesa de contratación que debe adjudicar las obras, a la que han optado tres empresas, reconocían que ninguno de los tres proyectos presentados genera ni suficiente confianza ni entusiasmo, y aseguraban que "en época de elecciones, después de que todos los partidos hayan aprobado por unanimidad en los plenos todo lo relacionado al Nàstic, alguien tiene que poner seny". Algo parecido apuntaban fuentes municipales, que aseguraron que el presidente del Nàstic, el concejal de Unió Democràtica Raül Font, estaría muy cercano a declarar desierto el concurso y reabrir el proceso de adjudicación de las obras después de las elecciones al club, previstas para final de mes, y después de las elecciones municipales del 27 de mayo.

Hace tres semanas que la mesa de contratación encargó al arquitecto municipal un informe sobre los tres proyectos presentados, y aún no está listo, lo que añade dudas respecto a su materialización antes de los comicios locales. Font se encuentra en Suramérica, y con el móvil no operativo -así lo señala una voz pregrabada- hasta mañana. Un grupo de accionistas liderado por el constructor y ex presidente grana José Luís García ha decidido entrar en la contienda electoral del club exigiendo "consenso" a la única candidatura que hasta ahora se ha presentado, la del empresario tarraconense Jordi Virgili.

Pese a todo, ayer el alcalde aseguró que propondrá al pleno municipal la adjudicación de unas obras que se financiarán totalmente con la venta del actual Nou Estadi -de propiedad municipal-, lo que debe generar unos ingresos de entre 23 y 30 millones de euros, según la fórmula de venta escogida.

Nadal compareció ayer con Francesc Ricomà (PP) para explicar los obligados cambios en el organigrama municipal tras la expulsión de los tres ediles, y cargó toda la responsabilidad de la crisis por no haber advertido antes la "traición" de Agustí Mallol. Varias fuentes aseguran que Mallol habría acordado con el PSC o bien entrar en las listas electorales o bien recibir un cargo relevante en el caso de que los socialistas formen gobierno tras las elecciones, como ayer adelantó EL PAÍS.

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Sin Plan General

Si el gran proyecto del mandato, la revisión completa del Plan de Ordenación Urbana Municipal (POUM), "se retrasa siete u ocho meses, habrá que atribuirles la responsabilidad a otros". Con esta frase admitió ayer el alcalde de Tarragona, Joan Miquel Nadal, que difícilmente podrá aprobar este documento, su gran proyecto de gobierno y con el que la oposición es muy crítica.

La nueva situación en el pleno municipal, en el que el gobierno contará con 11 ediles y la oposición con 16 -aunque los dos ex populares han anunciado sus votos favorables al ejecutivo local- impide a Nadal presentar el texto al plenario, que es el órgano que debe aprobarlo inicialmente antes de que la Generalitat lo ratifique. Nadal, sin embargo, anunció ayer que tratará de aprobar el proyecto, que debe marcar las directrices del crecimiento urbanístico de la ciudad para los próximos lustros, en la junta de portavoces municipales, donde tampoco tiene la mayoría asegurada.

Nadal apeló a la "responsabilidad" de la oposición para dar cauce al POUM y dijo que la actual situación de un gobierno en minoría "servirá para ver quiénes ven con urgencia el problema de la vivienda". El retraso acumulado en la aprobación de este texto ha provocado una escasez de suelo edificable en la ciudad, el encarecimiento de éste y que numerosos tarraconenses jóvenes hayan adquirido viviendas en los municipios vecinos.

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