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Juicio por el mayor atentado en España | 11-M

La Titadyn de la 'caravana de la muerte' será sometida a examen pericial

La dinamita Titadyn intervenida por la Guardia Civil a los etarras Irkus Badillo y Gorka Vidal en la caravana de la muerte de Cañaveras (Cuenca) el 29 de febrero de 2004 será analizada en la prueba pericial sobre los explosivos utilizados en los trenes del 11-M. La decisión no obedece a que el tribunal quiera averiguar si existe alguna conexión con ETA, de la que no ha habido hasta ahora el más mínimo indicio. Se debe a "la imposibilidad de obtener muestras patrón, certificadas de fábrica" del explosivo marca Titadyn.

Éstas habían sido reclamadas a Francia a través de la Secretaría General de Energía, dependiente del Ministerio de Industria, pero no podrán ser remitidas por el fabricante francés de esta dinamita "al haber cerrado la fábrica y, por tanto, haber suspendido la fabricación del citado Titadyn", según un oficio enviado ayer al tribunal por el comisario general de la Policía Científica, Miguel Ángel Santano.

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Santano propone el análisis del explosivo hallado en la caravana de la muerte, para lo que se precisaría que, "por quien corresponda y debidamente documentado y acreditado, se remitiera un cartucho de Titadyn, completo e intacto, de los que hubieran sido intervenidos" a los etarras Badillo y Vidal. Estos llevaban en un vehículo más de 560 kilos de explosivo, de los que sólo 30 eran de la citada dinamita y, el resto, cloratita o kaskabarro.

Muestras bajo custodia

El tribunal aceptó la petición para su incorporación a la prueba pericial. Esas muestras de explosivos están bajo la custodia de la Sección Tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional, que fue la encargada de juzgar los hechos el pasado febrero. La sentencia, notificada el 12 de febrero, condenó a Badillo y Vidal a 22 años de prisión a cada uno, por pertenencia a banda terrorista y transporte de explosivos, aunque la resolución está recurrida ante el Supremo. Durante el juicio, en ningún momento ha surgido vinculación alguno del comando etarra con los islamistas del 11-M.

Ahora queda por determinar si es posible enviar un cartucho, ya que el explosivo de la furgoneta que llevaban a Madrid los etarras Irkus Badillo y Gorka Vidal, interceptados el 29 de febrero de 2004, venía en un cajón, en parte abierto, y metido en tubos, sin conservar el formato original de cartucho. La petición ha sido cursada por Santano pero procede de los peritos que están participando en los análisis de la prueba anticipada. Si no se pudiera obtener un cartucho completo de la Titadyn intervenida en la furgoneta, se buscarán otras alternativas, según han indicado fuentes del tribunal.

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