Bush trata de mejorar su imagen con ayudas sociales a América Latina
La iniciativa se produce en vísperas de su difícil viaje por el continente
En un intento evidente de levantar su deteriorada imagen en América Latina en vísperas de un difícil viaje, el presidente George W. Bush anunció ayer una serie de programas de ayuda para la región que supondrían una considerable inversión norteamericana para hacer frente a urgentes necesidades en materia social. La iniciativa suena a regalo improvisado para una zona del mundo ignorada por este Gobierno en los últimos años.
"EE UU está comprometido con el cambio en América Latina", dijo Bush en un discurso ante la Cámara Hispana de Comercio, en Washington, "porque en ello está en juego el interés nacional".
Los programas de ayuda anunciados por Bush, y que forman parte del presupuesto enviado al Congreso para 2008, intentan ayudar a mejorar las condiciones sanitarias y de acceso a la educación en distintas regiones de América Latina. EE UU busca también la promoción de la pequeña empresa y el acceso de los ciudadanos a la propiedad de la tierra y de la vivienda.
"Es parte de los intereses nacionales de EE UU", dijo Bush, "ayudar a que la democracia triunfe, a que la gente tenga mejores opciones, a que las sociedades sean más fuertes". El Gobierno asegura que la ayuda a América Latina ha crecido constantemente desde que Bush llegó a la Casa Blanca hasta alcanzar 1.600 millones de dólares al año [1.222 millones de euros]. Colombia, con 700 millones de dólares anuales, es el principal destinatario de esta ayuda y el mayor receptor de asistencia estadounidense fuera de Oriente Próximo.
Bush es consciente de que sus niveles de popularidad, según el último sondeo del Latinobarómetro, apenas llegan al 30% en los países a los que va a viajar desde este jueves, Brasil, Uruguay, Colombia, Guatemala y México. Es consciente también de que le esperan manifestaciones de protesta, motivadas principalmente por la política exterior norteamericana, y especialmente por la guerra de Irak.
Una nueva política
Bush y la Casa Blanca intentan con esta gira una nueva orientación de la política con sus vecinos. Una nueva política, menos influida por la crisis internacional y más determinada por las preocupaciones concretas de la región. Y ahí es donde pretende incidir Bush con su proyecto de ayudas sociales. Lo explicó ayer el Consejero de Seguridad Nacional, Stephen Hadley: "Los niveles de pobreza, desigualdad y exclusión social en América Latina son inaceptablemente altos". Esa denuncia marca el tono general del viaje de Bush y de la nueva política regional. Se trata de ofrecer una imagen muy diferente del Bush conocido hasta hoy, más moderado, más negociador, menos ideológico y más social.
Washington acepta ahora lo que ha sido una evidencia durante años: el avance de la democracia en América Latina no se ha visto corroborado por progresos en la calidad de vida de los ciudadanos.
Ante el avance de Hugo Chávez y del populismo, EE UU parece haber acabado por comprender que no hay mejor garantía de estabilidad, seguridad y democracia que la mejora de las condiciones de vida. "Un entorno transparente y pacífico", dijo Bush, "es necesario para la justicia social que buscamos, y debemos ayudar a América Latina a satisfacer sus necesidades básicas, ayudando a la gente". Desde ese enfoque, parece que EE UU intenta afrontar ahora sus prioridades en la relación con sus vecinos: narcotráfico e inmigración ilegal.
[Por otra parte, el vicepresidente, Dick Cheney, tendrá que seguir un tratamiento para el trombo que los médicos descubrieron ayer en su pierna izquierda].
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