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Reportaje:

Radiografía de la derrota

Las fotografías de Ione Robinson retratan a los perdedores de la Guerra Civil

Retratar a víctimas de la guerra sin necesidad de recurrir a la crudeza de las imágenes del frente era el objetivo de la fotógrafa estadounidense Ione Robinson, una de las artistas que se sintieron conmovidas por la lucha contra el fascismo que se libró en España entre 1936 y 1939 y viajaron hasta la Península para tratar de reflejar con su cámara lo que estaba sucediendo. Por primera vez desde aquellos años, sus fotografías se exhiben ahora en España en una exposición que desde ayer puede visitarse en la Casa da Parra de Santiago.

La fotógrafa, nacida en Oregón en 1910, tuvo una amplia formación plástica y sintió la influencia de los artistas surgidos en el seno de la revolución mexicana como Diego Rivera o David Alfaro Siqueiros. Junto a su primer marido, el comunista norteamericano Joseph Freeman, viajó a Ciudad de México en 1929 y se introdujo en el ambiente de los pintores muralistas y de artistas como Tina Modotti.

Robinson apuesta por inmortalizar momentos de normalidad en medio de la barbarie

En 1938 su vida da un giro al viajar a Barcelona y conocer al político galleguista Bibiano Fernández Osorio-Tafall, un hombre que tenía responsabilidades en el Ejército Popular y con el que contrajo matrimonio un año después. En plena ofensiva franquista en Cataluña, Robinson consigue permiso para tomar imágenes de la retaguardia y acercarse a los represaliados en los campos de concentración.

La muestra que ahora se presenta en Santiago incluye 57 fotografías y 14 dibujos realizados en escenarios diferentes. Por una parte se exhiben dibujos realizados en las calles y fábricas de Barcelona entre 1938 y 1939, además de fotografías realizadas en los campos de concentración abiertos en las playas del sur de Francia e imágenes de los hijos de republicanos tomadas en México, país al que Robinson volvió tras el fin de la Guerra Civil. Su matrimonio con Osorio-Tafall había sido anulado al descubrirse que la esposa del político pontevedrés seguía viva en una Galicia que ya se encontraba bajo el dominio franquista.

Pese al drama de la guerra que rodeaba a los protagonistas de las fotografías de Robinson, sus imágenes huyen de las consecuencias más dramáticas del conflicto y muestran a jóvenes que incluso parecen felices y a niños que demuestran estar ajenos al drama que les rodea.

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Sin embargo, en los dibujos sí que puede apreciarse como las consecuencias de la guerra se hacen patentes en los habitantes de una Barcelona acosada por las tropas franquistas o en los refugiados que llegan a los campos de concentración habilitados en Francia.

Sin duda hay ocasiones en que no es necesario recurrir a imágenes crudas para reflejar los horrores bélicos. Robinson prefiere apostar por inmortalizar momentos de aparente normalidad en medio de la barbarie que supone la guerra.

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