Los directivos piden ahora normalidad

El presidente del Betis, José León, bajó a la sala de prensa casi dos horas después de que se suspendiera el encuentro para leer un comunicado. En el texto se mostraba la consternación por lo sucedido, aunque lo calificó de hecho "puntual y aislado". El presidente bético aseguró que tanto la seguridad privada del club como la policía estaban acelerando sus pesquisas para llegar a la identificación del agresor y anunció que, en caso de que se tratara de un abonado al club, sería expulsado de la entidad de inmediato.

León aprovechó para desearle una pronta recuperación al entrenador sevillista y aseguró apoyar a Undiano Mallenco en su decisión de suspender el encuentro en el momento en el que lo hizo. Finalmente, el presidente verdiblanco informó de que, a partir de ahora, las únicas opiniones sobre todo el asunto saldrán de los servicios jurídicos del club.

El presidente del Sevilla, José María del Nido, caminaba en círculos por el centro del terreno de juego del Ruiz de Lopera cuyas gradas ya estaban vacías después de pasada casi una hora de la suspensión del encuentro. Con la nariz hinchada y la piel abierta a la altura del tabique, Del Nido hilvanó un discurso conciliador y constructivo. "Que haya cuatro, seis, ocho o diez energúmenos no lo puede evitar nadie", subrayó el presidente sevillista que recordó que algo muy similar sucedió en 2004 en el estadio sevillista.

Del Nido expresó su deseo de que con la agresión a Juande Ramos se pueda, de una vez para siempre, normalizar las relaciones entre los dos principales clubes sevillanos: "Hay que intentar entre todos llevar esto por buen camino". El presidente sevillista descartó la posibilidad de que desde el club de Nervión se pida algún tipo de sanción para la entidad verdiblanca. Del Nido destacó la rapidez con la que el presidente del Betis, José León, se personó en el vestuario sevillista para pedir disculpas por lo sucedido y de paso interesarse por el estado de Juande Ramos,

El capitán sevillista, Javi Navarro, siguió con la línea de prudencia iniciada por su presidente. "Lo mejor es callar y que otros, las personas competentes, tomen medidas. Ahora mismo nuestro sentimiento es de preocupación por la salud de nuestro entrenador, pero por lo demás debemos mantenernos al margen".

Los jugadores continuaron atravesando la zona mixta con cariacontecidos. Otro de los capitanes de la plantilla sevillista, el vitoriano Aitor Ocio, aseguraba: "Lo hemos visto claro desde el banquillo. En un primer momento, cuando veíamos a Juande en el suelo, inconsciente, pues claro que hemos sentido algo de miedo. Luego, todo ha sido muy rápido, nos hemos metido en el vestuario y allí nos hemos quedado a la espera de noticias. Cuando hemos visto al mister ya de pie, algo aturdido pero bien, todos nos hemos tranquilizado. Creo que estos incidentes se califican por si solos. Y creo que los futbolistas no debemos hacer más comentarios ni echar más leña".

El canterano Jesús Navas no podía esconder su cara de susto y pena mientras reflexionaba sobre lo sucedido: "Nos hemos dedicado a jugar al fútbol, a hacer un buen trabajo que es lo que el mister esperaba de nosotros. Lo hemos dado todo. El fútbol es para disfrutar y con esto no ha disfrutado nadie".

La salida de tono la dio el consejero verdiblanco José Manuel Villarán que en un primer momento llegó a poner en duda hasta el hecho de que Juande Ramos hubiese recibido un botellazo. "Hasta que no tengamos una imagen fija, no vamos a valorar el incidente". A Villarán no le quedó más remedio que echarse atrás de sus declaraciones una vez que las imágenes de la agresión se transmitían por diversos canales televisivos.