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Juicio por el mayor atentado en España | 11-M

La marca indeleble de El Egipcio

Una señal en la frente y una grabación desvelan su fanatismo religioso y su relación con el 11-M

La primera vez que Mohamed el Egipcio se sentó ante un juez español lo hizo con los pantalones remangados para no contaminarse con el suelo impuro. Luego pidió con lágrimas en los ojos que le devolvieran el reloj que la policía le había quitado porque sólo así podría saber la hora exacta para rezarle a su Dios. Ayer, El Egipcio se esforzó en parecer un hombre moderado y tranquilo, tan distinto de aquel que llegó detenido de Italia hace año y medio. Sin embargo, un tercer detalle, sin duda el que más impresionó entonces a los funcionarios de la Audiencia Nacional, seguía ayer marcando su rostro.

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El juez Gómez Bermúdez pide que sienten al acusado ante él. El Egipcio no es un cualquiera. No sólo por la gravedad de los cargos que pesan sobre él, también por su porte innegable de ulema, de doctor de la ley mahometana. Su barba cuidada y el vuelo de sus manos, que acompaña sus palabras con precisión, contrastan con la actitud carcelaria que adoptan los demás acusados en la habitación de cristal blindado. Emilio Suárez Trashorras, el ex minero asturiano acusado de proporcionar el explosivo, no deja de morderse las uñas, cuando no de meterse el dedo en la nariz. Lleva unas zapatillas nuevas, blancas y azules, a las que en prisión les han quitado los cordones para evitar malas tentaciones. Rafá Zouhier, el delincuente y confidente policial que puso en contacto a los dueños de la dinamita con los autores de los atentados, ensaya en silencio la declaración que dentro de unas horas tendrá que dramatizar ante el tribunal. El Egipcio responde tranquilamente a las preguntas de su abogado.

-¿Cuando llamó a su amigo a Bélgica estaba usted escuchando una cinta de La Caravana de Los Mártires?

-Sí, son cánticos religiosos, sin música, pero no tienen relación con la guerra santa. Hablan de la tragedia de los musulmanes en Bosnia. En Egipto los venden hasta en los puestos callejeros de verduras.

"No se entiende nada"

El Egipcio y su abogado, Endika Zulueta, han estado varios días escuchando diversas grabaciones realizadas por la policía italiana en los dos pisos que el acusado ocupó en Milán. "Las he escuchado cinco veces y lo único que está claro es que no se entiende nada. Hay mucho ruido. En cualquier caso, la voz que se oye no es la mía". El Egipcio sólo reconoce ante el juez una grabación telefónica mantenida el 24 de mayo de 2004 con su amigo Mourad Chabarou, actualmente encarcelado en Bélgica por delitos relacionados con el terrorismo islamista. "Yo le pregunté si se había enterado de lo que había ocurrido en España y él me dijo que no. Yo le dije: ¿pero estás loco? Todo el mundo sabe lo que ha pasado. Nuestros amigos de Madrid están implicados...".

Es lo único que reconoce. Dice que si consultó con dos de los ulemas principales de Qatar y de Arabia Saudí fue sólo para preguntarles por un asunto doméstico -si podía casarse con otra mujer antes de satisfacer la deuda que mantenía con la anterior- y se define como un hombre arruinado, sin ni siquiera un euro para tomar café. "Me gustaría decirle a la Sala", dice al principio de su declaración, "que mi paso por Europa ha sido una tragedia: la situación económica, el fracaso de mi matrimonio... Mi paso por Europa ha sido dramático".

Malos tratos continuados

Tras la declaración de El Egipcio, la Sala se llena de la palabra tortura. Tanto Mohamed Bouharrat como Mohamed Moussaten se retractan de todo lo que dijeron ante la policía y lo atribuyen a los malos tratos continuados que sufrieron. "La policía me golpeaba en la cabeza", aseguró Bouharrat, "la tenía roja e hinchada, pero el forense de la Audiencia Nacional, que era un hombre viejo y no veía bien, no se daba cuenta de nada". Moussaten, que sólo contestó a las preguntas de su abogado, dijo que en los interrogatorios -"en los que también participó un policía marroquí encapuchado"- me decían que me iban a cortar las manos, que me iban a caer 40 años de cárcel, por eso declaré contra mi tío [Youssef Belhadj, uno de los considerados cerebros del 11-M]".

El presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, tiene que interrumpir la sesión varias veces por problemas en la traducción o por papeles que no aparecen. Aprovecha esos segundos para bajar del estrado y dirigirse a las víctimas, a las que ha notado inquietas ante la confusión que les producen ciertas declaraciones. Les dice que todo va bien. Que los juicios son así. Se tranquilizan y le agradecen el detalle de cercanía.

El Egipcio lo observa todo desde detrás del cristal blindado. Sus ojos verdes traspasan a quien tenga el valor de confrontar su mirada. En su frente, la marca indeleble de su fe, el rastro del golpe repetido de su cabeza contra la alfombrilla extendida en el suelo. Fue eso lo que impresionó a los funcionarios de la Audiencia Nacional que lo vieron por primera vez. No sus pantalones remangados para no contaminarse. Tampoco el reloj perdido y con él la puntualidad en la oración. Ni siquiera la magnitud de su supuesto crimen. Sino esa marca que cada día, ante el espejo, le recuerda quién es.

Mohamed el Egipcio, durante su declaración en la Audiencia Nacional.
Mohamed el Egipcio, durante su declaración en la Audiencia Nacional.REUTERS

LA VISTA AL DÍA

Rafá Zouhier, el confidente de la Guardia Civil

Hoy declara Rafá Zouhier, que el 17 de marzo contó a la Guardia Civil que El Chino estaba detrás de los atentados. Acusado de colaboración y suministro de explosivos.

EL EGIPCIO, ANTE SUS CONVERSACIONES GRABADAS

Rabei Osman, El Egipcio, al que la investigación judicial y policial sitúa como uno de los líderes intelectuales de los atentados del 11-M, volvió a declarar ayer en relación con las conversaciones grabadas en su piso de Milán donde se atribuía la preparación

de la matanza de los trenes. Sólo contestó a las preguntas que le formuló su propio abogado y se negó a responder al resto

"Mi estancia en Europa ha sido dramática, una tragedia. No he tenido suerte,

mi matrimonio fracasó..."

"Yo sí oía la cinta de la Caravana de los Mártires, una cinta de cantos sin instrumentación, que no tiene relación con la yihad, sino que habla de la tragedia

de los musulmanes en Bosnia-Herzegovina"

"Yo he contestado con transparencia, aquí y en Italia, incluso cuando allí me interrogó la CIA durante siete horas"

"La voz de la cinta donde se dice que soy el hilo conductor de los atentados

de Madrid no es la mía y las traducciones son defectuosas"

"Yo le dije a Mourad Chabarou que nuestros amigos de Madrid estaban implicados, que Serhane [El Tunecino] y Fouad habían muerto porque lo había visto en las noticias"

EL ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS

La contaminación de dinitrotolueno en la Goma 2 Eco

El análisis cuantitativo de los restos hallados en los focos de las explosiones y en la dinamita no explosionada prueba que el dinitrotolueno (DNT) está en un porcentaje mínimo, lo que acredita que se trata de una contaminación.

El silencio del sobrino de un cerebro del 11-M

Mohamed Moussaten, sobrino de Youssef Belhadj, uno de los considerados cerebros del 11-M, se negó ayer a contestar a las preguntas del fiscal.

El control de la dinamita tras el atentado de Madrid

La Guardia Civil ha hecho 9.709 inspecciones y ha abierto 439 expedientes por infracciones, dos de ellas muy graves y 345 graves, desde el 11 de marzo de 2004.

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