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Sito Miñanco y Alfredo Cordero piden el segundo grado

Oubiña espera que Instituciones Penitenciarias informe sobre su eventual excarcelación

A José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco, y a Alfredo Cordero les queda mucho tiempo de prisión, pero sus abogados gestionan el segundo grado penitenciario al haber cumplido la cuarta parte de sus condenas. Los permisis de salida no se conceden si las autoridades penitenciarias creen que puede existir riesgo de fuga o indicios de que vuelvan a su actividad delicitiva. Laureano Oubiña espera a que Instituciones Penitenciarias acate el auto de la Audiencia Nacional que, al refundir sus condenas, le permite salir ya de la cárcel.

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Sito Miñanco, podría estar más cerca de conseguir algún beneficio penitenciario, según sus abogados. En enero de 1991 se produjo su primera detención cuando se encontraba en busca y captura como implicado en la operación Nécora. Dos años más tarde, la Audiencia Nacional le impuso la mayor condena a un narcotraficante, 20 años de cárcel, que luego confirmaron el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional.

Aun así, Prado Bugallo, alias Sito Miñanco, llegó hasta el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, donde los jueces cuestionaron la validez de las intervenciones telefónicas. Sus abogados todavía siguen peleando por esta causa y aunque la sentencia del tribunal de Estrasburgo no tiene carácter vinculante. creen que si demuestran que los pinchazos fueron la única prueba que motivó su primera condena los tribunales podrían revisarla.

En 1997, fue acusado, junto a Laureano Oubiña, de organizar desde la cárcel, y con un teléfono móvil, un alijo de hachís, pero fue absuelto porque los informes de los expertos en acústica forense no resultaron fiables para el tribunal. En 2001, cuando se encontraba en libertad condicional, fue detenido en su chalé de Villaviciosa de Odón, cuando dirigía, con un ordenador, las maniobras de aproximación de un barco a un buque nodriza para recoger 4,5 toneladas de cocaína en aguas de la Guayana francesa. Fue condenado en firme a 16 años y 10 meses de cárcel.

Con 52 años, en su historial penitenciario no figura ningún percance y está considerado "un preso tranquilo que no da problemas". Al igual que lo hiciera recientemente Laureano Oubiña, sus abogados pretenden conseguir la refundición de sus condenas, que suman 37 años y de las que ha cumplido más de 10, para obtener el tercer grado. Pero a diferencia de Oubiña, Sito Miñanco regresó a la cárcel en 2001 cuando aún no había terminado de cumplir su primera condena que ya enlazó con la segunda.

Según sus abogados, tras su ingreso en la prisión de Zaragoza, ha solicitado su hoja de cálculo para dejar constancia de que Instituciones Penitenciarias ya le ha clasificado como interno en segundo grado, lo cual le permitiría obtener permisos intermitentes de varios días, aunque la última palabra la tienen los jueces que evaluarán su expediente donde consta que su condena no extingue hasta el 2018.

Pero en estos cinco últimos años, Sito Miñanco ha llevado mal su procesión por distintas cárceles (traslados que se aplican cada seis meses a los internos clasificados como grandes narcotraficantes). En un escrito a las autoridades penitenciarias, se queja de que "está sometido a torturas psicológicas" porque le cambian continuamente de prisión y le escuchan las conversaciones telefónicas. Solicitó la visita de una de sus hijas que vive en Panamá y obtuvo el permiso.

Alfredo Cordero González, otro de los pesos pesados del narcotráfico, cumple una condena que le puede retener en la cárcel hasta 2020, según Instituciones Penitenciarias. Fue detenido en la Operación Nécora de la que fue absuelto en 1994 y en 2000 volvió a prisión de la que todavía no ha salido. Fue condenado por introducir casi cinco toneladas de cocaína en 1997 por las costas asturianas, una operación de la que logró huir y por la que fue declarado prófugo casi tres años.

El recluso cuenta con un "buen expediente disciplinario", pero no ha sido suficiente argumento para que Cordero obtuviera permiso para visitar a su familia en Vilanova de Arousa. Desde la prisión de Salamanca, Cordero exige que le concedan beneficios penitenciarios.

En un escrito de queja, después de las negativas a un permiso de salida, sus abogados señalan que "no hay argumentos nuevos, siempre son los mismos, los lógicos, los legales. Tiempo que le resta para el cumplimiento de su condena, tipología delictiva, gravedad, repercusión social del delito y ante esto, de nuevo, ¿qué hacemos?", se preguntan. "Tirar la toalla, es eso lo que pretenden que hagamos".

Insisten los abogados de Cordero que hace casi dos años que cumplió una cuarta parte de su condena y piden que se le conceda el tercer grado como a Rafael Vera. Con fecha 17 de enero pasado, el juez central de Instituciones Penitenciarias desestimó su recurso.

Margarita Lago García, cuñada de Oubiña y hermana de la fallecida Esther Lago, salió de prisión el pasado 18 de enero para recibir tratamiento médico. Lago fue condenada, igual que su marido Domingo Ubeira Prado, a seis años de prisión como acreedoers hipotecarios y copropietarios del Pazo de Baión junto a tres sociedades panameñas.

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