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Los ecologistas plantan árboles en la 'zona cero' de los fuegos del verano

Acto simbólico en el pueblo de Pedre "para que nadie se olvide"

Una treintena de ecologistas de la Asociación pola Defensa da Ría (APDR) y de Verbo Xido decidieron volver a la que llaman 'zona cero' de los fuegos, el pueblo de Pedre (Cerdedo), para plantar un centenar de robles, castaños, abedules, alisos y acebos al objeto de "llamar la atención" sobre la tragedia del pasado verano. "Es algo simbólico, para que nadie se olvide", explica Antón Masa, presidente de la APDR.

Hace apenas 6 meses, Galicia vio arder 82.418 hectáreas de superficie en tan sólo 10 días, del 4 al 14 de agosto, en los que además fallecieron 4 personas a causa del fuego. Durante ese período todo el país vivió pendiente de la dirección del viento, de los pronósticos meteorológicos y del resurgimiento de conatos de incendio que por doquier volvían a la vida con apenas un soplo de aire.

El lugar de Pedre, donde hórreos y casas con solaina, muchas semiderruidas, rodean un cementerio empedrado que ya le gana la partida a los vivos, vivió de forma particularmente trágica aquellos días de agosto. Varios conductores que transitaban por la N-541, que enlaza Ourense y Pontevedra, buscaron auxilio en los vecinos de esta aldea, a cuyos pies se extiende el valle del Lérez, tras atravesar una carretera cosida por las llamas en la tarde del día 4, la primera de una serie de largas jornadas en las que pocos pudieron llegar a conciliar el sueño.

Los árboles que han plantado los ecologistas nacerán de aquellas cenizas del pasado verano que acabaron con 8.000 hectáreas de monte en esta zona, según sus cálculos.

Especies autóctonas

Aunque en algunas áreas un tímido manto verde se empeña en cubrir los suelos negros que limpiaron voluntarios llegados de toda Galicia y otras comunidades autónomas, los expertos dicen que pasarán décadas antes de que se recupere la superficie forestal. En todo caso, la Xunta de Galicia ha aprobado un paquete de medidas preventivas y de control en coordinación con la Fegamp e invertirá 15 millones de euros en actuaciones en los montes quemados además de doblar las brigadas de vigilancia o disponer la primera ley de prevención de incendios forestales.

La selección de especies autóctonas ratifica la oposición de la APDR a los monocultivos de pinos y eucaliptos que "se propagan sin control", favoreciendo el avance de los frentes incendiarios y convirtiendo bosques tradicionalmente poblados de robles y otras especies en "desiertos verdes". Esta plantación se suma a los 30.000 árboles que la Consellería de Medio Ambiente anunció que iba a sembrar en año y medio en los montes de las comarcas del Deza y Tabeirós-Terra de Montes. Allí, ya tienen su propio árbol de la memoria, que además de suponer un manifiesto fáctico en defensa del medio ambiente esperan que dé lugar a un nuevo bosque donde algunos troncos carbonizados son la única huella del castañar que antes lo poblaba.

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