El PP se saltó la ley para otorgar cruces rojas en Perejil y no en Irak
Un decreto firmado por Trillo condiciona las recompensas militares
Un decreto de agosto de 2003, cuando Federico Trillo era ministro de Defensa, impide la concesión de la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo que pide el PP para la soldado Idoia Rodríguez, muerta por la explosión de una mina en Afganistán. El PP vulneró la legislación entonces vigente cuando recompensó con cruces rojas a los participantes en el asalto al islote de Perejil y se las negó a los agentes del CNI tiroteados en Irak.
En medios militares ha causado sorpresa que el PP muestre tan poco interés por las medidas de seguridad con que cuentan las tropas españolas en Afganistán, o por saber si el Gobierno ha facilitado todos los medios reclamados por el Ejército, y sólo se preocupe del color de la condecoración a la soldado fallecida.
La intencionalidad política es obvia: el PP sugiere que conceder el distintivo rojo supondría admitir que las tropas españolas están en guerra en Afganistán y que la situación en dicho país es homologable a la de Irak, que tanto criticó el PSOE en la oposición.
El razonamiento parte de un error: la equiparación entre distintivo rojo y guerra quedó abolida con el reglamento de recompensas militares de 1 de agosto de 2003, firmado por el ministro Trillo-Figueroa. Como dice su preámbulo, la legislación hasta entonces vigente "clasificaba las recompensas militares en dos grupos: de guerra y de paz", pero las primeras (incluidas las cruces con distintivo rojo) exigían "una previa declaración de guerra [...] y en el actual contexto político resulta, cuando menos, improbable que se produzca tal declaración, pese a que las Fuerzas Armadas puedan verse implicadas en operaciones que supongan el uso de las armas".
Por el contrario, el nuevo reglamento no impide la concesión del distintivo rojo a militares enviados a zonas de conflicto, como Afganistán, siempre que se cumplan determinados requisitos. A saber: que se pongan de manifiesto "dotes significadas de mando, serenidad o iniciativa frente a fuerzas hostiles".
Si se acreditara que, antes de morir, la soldado Idoia Rodríguez dio muestras de "serenidad o iniciativa", se le podría conceder el distintivo rojo, según fuentes militares, aunque inicialmente se le haya otorgado el amarillo (equivalente a la antigua medalla de sufrimientos por la patria), al que en todo caso tendría derecho por protagonizar hechos que, "comportando una especial conducta meritoria, tengan como consecuencia el fallecimiento en acto de servicio".
La polémica provocada por el PP, más allá de su trivialidad, muestra un escaso conocimiento o respeto de la legislación sobre recompensas militares, que el PP vulneró cuando gobernaba.
El 20 de noviembre de 2003, el ministro Federico Trillo-Figueroa firmó la orden de concesión de la cruz del mérito militar con distintivo rojo a 65 militares que participaron en la toma de Perejil. La decisión resultó polémica, pues entre los condecorados había algunos mandos que nunca pusieron un pie en el islote. Aún así, la decisión hubiera podido encajar en la regulación prevista en el reglamento firmado por Trillo el 1 de agosto de 2003.
El problema es que este decreto no entró en vigor hasta los tres meses de su publicación en el BOE, y ésta se demoró hasta el 5 de septiembre de 2003. Por tanto, el 20 de noviembre seguía en vigor, aunque reducida a reglamento, la Ley de Cruces del Mérito Militar de 1995, según la cual el distintivo rojo estaba reservado a "hechos o servicios destacados de guerra".
La decisión de conceder estas condecoraciones tuvo carácter claramente electoral. El 25 de febrero de 2004, a menos de dos meses de las elecciones, el presidente José María Aznar, acompañado del ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, y de Trillo, acudió a la base de Rabasa (Alicante) para condecorar a los militares que tomaron Perejil.
Trillo encabezaba la lista del PP por Alicante y era consciente de que Perejil era su mejor baza electoral. Quizá por eso, cuatro días antes del acto de Rabasa, en una cena de campaña, se lamentó de no haber sido antes ministro "para haber tomado antes Perejil y que los pescadores españoles pudieran faenar en aguas de Marruecos".
El revuelo generado por estas declaraciones, junto al terremoto que asoló Marruecos en vísperas del acto de Rabasa, con un balance de 600 muertos, llevó al Gobierno a rebajar el perfil del acto y celebrarlo a puerta cerrada.
La actitud del PP en este caso contrasta con la que mantuvo con los siete agentes del CNI muertos el 29 de noviembre de 2003 en Irak. Aunque murieron combatiendo con sus atacantes, el PP sólo les dio la cruz del mérito civil. Ante el malestar que ello causó en el servicio secreto, Trillo les otorgó el 5 de diciembre, el mismo día en que entraba en vigor el nuevo reglamento de recompensas, la cruz del mérito militar con distintivo amarillo. Cuando el PSOE ganó las elecciones, el ministro José Bono cambió a rojo el color de sus cruces.
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