Enrique Balcells, investigador y conservacionista
Fundador del Instituto Pirenaico de Ecología, recuperó la vaca pirenaica
El investigador y conservacionista Enrique Balcells (Barcelona, 1922), fundador del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE), murió en Jaca, Huesca, el pasado 5 de febrero a la edad de 84 años.
Nacido en Barcelona el 31 de marzo de 1922, Enrique Balcells puso en marcha en 1963 el Centro de Investigaciones Científicas, que se convirtió más tarde en el actual Instituto Pirenaico de Ecología de Jaca, ciudad en la que vivió en los últimos 44 años. De Jaca recibió en el año 2000 el Sueldo Jaqués la máxima distinción que otorga el Ayuntamiento de la ciudad. El edificio del Instituto lleva su nombre.
Investigador, conservacionista, suyo es el libro Ordesa y Monte Perdido, Parque Nacional: la naturaleza en España editado en 1992 por el Icona.
Sus investigaciones fueron esenciales para la recuperación de la vaca pirenaica, una raza autóctona de las montañas aragonesas, navarras y del País Vasco que los ganaderos habían sustituido por otras especies. En 1967 Balcells se empeñó en recuperar un rebaño, en el que integró todas las vacas que halló en la provincia de Huesca. Hoy, su empeño ha dado frutos. Con ayuda de la Diputación de Huesca trabajó en su recuperación y en 1984 se creó la Asociación Aragonesa de Criadores de Ganado Vacuno Pirenaico (ASAPI) por iniciativa de un grupo de ganaderos que, ante la inminente amenaza de desaparición de la raza, unieron sus esfuerzos en pro de su rescate y apoyados en los trabajos científicos de Enrique Balcells.
Recuperada en Aragón, sus logros se extienden ahora hacia Navarra y el País Vasco que trabajan desde 1985 de forma conjunta para mantener a esta raza aplicando buenas prácticas ambientales. Del renacer de la vaca pirenaica habla el hecho de que de cero ganaderías en 1967 se pasó a 32 en 2003 con un censo de 850 reproductores. Hoy está estabilizada y hay 20.000 ejemplares incluida Cataluña.
Balcells fue un visionario en su empeño en la recuperación de una especie autóctona. En esta tarea se adelantó a las acciones emprendidas en el seno de la entonces Comunidad Europea que años después apostó por rescatar especies propias de cada terreno.
Pero Enrique Balcells tiene una larga trayectoria profesional y humana; se licenció en Barcelona en 1943 y viajó por Francia, Suiza, Alemania, Cuba y Estados Unidos; se especializó en embriología, neurología, microscopia y ecología de plagas. Después se doctoró en Ciencias Naturales por la Universidad de Madrid en 1950.
Trabajó en el Instituto de Biología Aplicada del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), fue profesor en la Universidad de Barcelona y catedrático en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Tarrasa. Consejero de número del CSIC desde 1969, fue profesor de Investigación de dicho Consejo desde 1971.
En vida le llovieron los reconocimientos a sus investigaciones, tanto en España como en el extranjero. Fue miembro honorario de la Société Zoologique de France, del Instituto Ecuatoriano de Ciencias Naturales, del Comité Científico del Parque Nacional de los Pirineos Franceses: profesor honorario de la Universidad de Navarra, doctor honoris causa por la Universidad de Zaragoza, académico de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona y vicepresidente del Patronato Alonso de Herrera del CSIC, formó parte de la Comisión Científica Internacional para el Estudio del mar Mediterráneo, del Patronato de la Estación Biológica de Doñana, del Comité Español para el Programa Biológico Internacional, y presidente del Comité para el Programa de la Unesco Hombre y Biosfera y representante del CSIC en el Patronato del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, donde siguió trabajando tras su jubilación en 1987.
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