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La explosión de un cohete ruso agrava la crisis de la basura espacial

El pasado lunes por la noche el astrónomo australiano Ray Palmer estaba fotografiando la Cruz del Sur cuando captó un cuerpo singular que se movía muy lentamente y que pudo rastrear durante 35 minutos. Cuando había transcurrido la mitad de ese tiempo el objeto explotó. Otros astrónomos captaron también la nube luminosa que resultó, informa el servicio Spaceweather. Durante 24 horas, los mensajes cruzados con otros astrónomos aficionados sobre la posible causa del extraño fenómeno quedaron sin respuesta hasta que un experto en satélites, Daniel Deak, señaló que la trayectoria del objeto se correspondía con la de una etapa de cohete rusa, del tipo Briz-M.

Hace un año, esta etapa de aceleración partió encima de un cohete Protón para impulsar a su órbita un satélite Arabsat de comunicaciones. El cohete funcionó mal, el satélite no alcanzó su órbita y la etapa Briz-M quedó en órbita de la Tierra con su combustible. Por razones que se desconocen explotó sobre el planeta el pasado lunes. El servicio de vigilancia espacial de la fuerza aérea de Estados Unidos ha confirmado la identidad del objeto y ha señalado que ya se han contabilizado más de 1.000 trozos de restos en esa órbita.

Misil chino

Mark Matney, de la Oficina de Basura Espacial de la NASA, ha calificado esta explosión como un acontecimiento importante, que se añade a la destrucción de un viejo satélite por un misil chino hace unas semanas. "No representa una amenaza significativa para la Estación Espacial, pero estamos analizando las órbitas respectivas para estimar el riesgo a largo plazo".

En la reunión anual del Comité de la ONU para Usos Pacíficos del Espacio, que tiene lugar esta semana en Viena, se ha analizado la repercusión del impacto chino, que puede desembocar en recomendaciones críticas para China. Se han catalogado hasta ahora 700 fragmentos de este impacto, lo que supone, según algunos expertos, que de una sola vez ha aumentado en un 10% el número de restos espaciales de cierto tamaño en órbita de la Tierra. La explosión del cohete ruso esta semana supone un nuevo golpe para la seguridad de la órbita terrestre, aunque todavía no se sabe en qué grado, ya que mucho depende del tamaño y distribución del más de un millar de fragmentos.

La lista que tiene el Gobierno federal de Estados Unidos de los objetos detectables (de más de 10 centímetros) ha alcanzado los 10.000 objetos, informa The New York Times. Los expertos están cada vez más preocupados porque creen que es inevitable que se empiecen a producir choques en cadena que afecten a la Estación Espacial o a los miles de satélites en órbita. El ensayo chino y la explosión del cohete ruso aumentan esta preocupación. "Es inevitable", ha dicho Nicholas L. Johnson, director científico de esta área en la NASA. "Un objeto de cierto tamaño chocará contra un trozo de cohete y eso creará más basura. Es una mala cosa".

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