Una oleada de ataques causa 16 muertos en la capital somalí

Varios ataques coordinados con granadas de mortero sacudieron ayer Mogadiscio, la capital de Somalia. Al menos 16 personas perdieron la vida y decenas resultaron heridas. Se trata del mayor bombardeo sufrido por la ciudad desde la huida en diciembre de la milicia de la Unión de los Tribunales Islámicos. Los objetivos fueron Villa Somalia (palacio presidencial) y la sede del Ejército, en la costa. Hubo explosiones también en numerosos barrios que sacaron de sus casas a cientos de personas que trataron de escapar de la ciudad.

"Nos lanzaron una verdadera lluvia de proyectiles. Algunos explotaron dentro. Es una suerte que nadie resultara herido", dijo un oficial gubernamental encargado de la protección de Villa Somalia. "Nuestras tropas y las de nuestro aliado Etiopía [que están en el país desde finales de diciembre en apoyo del Gobierno de transición somalí] fueron obligadas a responder con artillería pesada". El ataque de ayer, que medios gubernamentales atribuyen a fuerzas islamistas escondidas en los barrios del sur de Mogadiscio, pone de relieve el escaso control que ejercen las tropas etíopes y las del Gobierno transitorio reconocido por la comunidad internacional.

Aunque la cifra oficial de muertos es de 16, todos civiles, se teme que sean más según se tengan noticias de los barrios más alejados en la siempre caótica capital de Somalia. "Una mujer embarazada murió mientras dormía en su vivienda construida de hojalata... Había sangre por todos los lados", aseguró Ibrahim Maalim, quien dijo haber visto otros seis cadáveres en el distrito central de Wardigley.

En una ciudad acostumbrada a la violencia (llevan 16 años sin Estado y en manos de facciones), ayer se desató el pánico. Decenas de coches privados, taxis y autobuses se llenaron de personas que trataban de escapar. "Mi Dios, ayúdanos. Esta gente está jugando a lanzarse granadas y nosotros estamos en el medio", exclamó Salavo Elmi, una mujer de 80 años que trataba de subirse a un automóvil.