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Salvamento acerca a la costa de Viveiro el buque holandés cargado de fertilizantes

El Gobierno reclama al armador un plan de actuación para vaciar sus bodegas

El gabinete de crisis ha decidido buscar cobijo al Ostedijk en la cornisa cantábrica para acometer la operación de enfriamiento de sus bodegas a resguardo del fuerte temporal que arrecia en la fachada atlántica. El objetivo es combatir la descomposición de los fertilizantes con chorros de agua lanzados desde un remolcador. Los ocho tripulantes que permanecían a bordo del buque fueron evacuados al barco de Salvamento. Las autoridades insisten en que no hay peligro de que el carguero explote y aclaran que el humo que desprende el carguero no es tóxico aunque sí irritante.

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El Ostedijk, remolcado por el barco de Salvamento, Don Inda y sin tripulación a bordo, alcanzó en la tarde noche de ayer la zona al este de Estaca de Bares, en el límite entre las provincias de A Coruña y Lugo, donde se comenzó a regar con chorros de agua las escotillas de la bodega que almacena parte de las 6.012 toneladas de fertilizantes, en descomposición desde el sábado.

El objetivo es enfriar la bodega para frenar la fermentación de la carga. La nube de humo blanco que envuelve el barco, situado a unas 13 millas de la costa, se puede ver desde el cercano puerto de Viveiro (Lugo). Las autoridades del Estado y de la Xunta, que conforman el gabinete de crisis, insisten repetidamente en que el barco está "en condiciones de seguridad total" y que no hay riesgo alguno de explosión, contaminación o peligro de toxicidad para la población.

Anoche, el Gobierno emplazó a los representantes del armador holandés del Ostedijk a presentar, antes de las 22 horas, un plan de actuación para determinar qué hacer con el cargamento parcialmente descompuesto. Técnicos de seguridad de la empresa noruega que fabricó el fertilizante llegaron ayer a A Coruña para asesorar a las autoridades españolas sobre la evolución de la reacción química que descompone la mercancía del carguero.

Por prevención las autoridades descartaron en todo momento, según subrayaron ayer, llevar al barco en apuros hasta un puerto o al abrigo de una ría. Para tratar la descomposición de su carga, el buque fue acercado ayer a la costa del norte de Galicia, fuera de la fachada atlántica, donde arrecia el temporal.

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Los ocho tripulantes que permanecían a bordo fueron trasladados, por la mañana, al Don Inda. Horas más tarde, el capitán del Ostedijk tuvo que ser evacuado a tierra, hasta el hospital de Burela, por sufrir irritaciones en los ojos y en las vías respiratorias, como las que padecieron la víspera otros cuatro marineros, que aguardan a sus compañeros en A Coruña. Fuentes de la Xunta indicaron que el estado de los tripulantes no reviste gravedad, ni requiere ingreso hospitalario.

Los gases que emanan de la bodega del Ostedijk, "que no son tóxicos, aunque sí irritantes" si se respiran en las proximidades del foco, indicó la directora de Salvamento Marítimo, Pilar Tejo, pueden, si hay viento a favor, alcanzar un radio de entre tres y ocho kilómetros, lo que aconseja mantener el buque a una distancia de seguridad de la costa. Y este es el motivo por el que se intenta frenar la fermentación del cargamento en el mar. La operación, que consiste en enfriar la bodega afectada con agua lanzada desde los cañones del remolcador Alonso de Chaves, comenzó anoche y será larga y complicada debido a la inclemencia del tiempo, explicó la responsable de la sociedad estatal.

La climatología, la dirección de los vientos y el estado de la mar condicionarán, en todo momento, la posición del Ostedijk y las decisiones que se adopten para solucionar su problema, ratificó desde Madrid la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez.

El objetivo es enfriar la bodega afectada, dado que la fermentación del fertilizante, de nombre NPK 151515C y muy utilizado en las actividades agrícolas, puede alcanzar temperaturas de hasta 350 grados. De momento, no se dio esta circunstancia, aseguró Salvamento Marítimo. Controlada por infrarrojos, la temperatura en la bodega afectada es variable. Con el agua, que también se intentará echar dentro de la bodega afectada, se espera rebajar la temperatura a menos de 130 grados, lo que frenaría la fermentación del fertilizante.

En las próximas horas, se analizarán nuevas medidas de actuación. El gabinete de crisis baraja trasvasar el cargamento del Ostedijk a otro barco, aunque todo dependerá del informe que reclamó anoche al armador.

El buque holandés Ostedijk, junto al remolcador Alonso de Chaves.
El buque holandés Ostedijk, junto al remolcador Alonso de Chaves.

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