"Madrid es único en la atención a sus mayores", replica el responsable municipal
"Madrid es único en la atención y tratamiento a sus mayores". La frase la dice el director general de Mayores del Ayuntamiento, Florencio Martín Tejedor, que hace un repaso detallado de los programas municipales y lo compara con lo que hacen otras administraciones. Y eso pese a que, según datos judiciales, el número de personas mayores muertas en soledad no desciende en los últimos años y arroja una media de un fallecimiento cada cuatro días.
El primer elemento que destaca Martín es el llamado Samur Social, dotado de unidades móviles y equipos de especialistas que acuden a cualquier punto de la ciudad para atender a las personas que los necesiten. "Es la única ciudad que tiene un dispositivo de estas características", asegura el director general.
El segundo factor es la teleasistencia (dispositivo electrónico que permite al mayor enviar una llamada de auxilio en caso de que le pase algo). Un total de 76.000 madrileños tienen ya este aparato, que se lleva colgado al cuello. La cifra, destacada por Martín y muy superior a la existente al inicio de legislatura, no supone, sin embargo, ni la mitad de los 162.830 mayores de 80 años empadronados en la capital. "Es un dato muy alto. Barcelona, por ejemplo, con la mitad de población mayor, sólo tiene 9.000; y toda Andalucía, con muchos más mayores, alcanza los 30.000", señala el director general.
Situación de riesgo
El tercer dispositivo es un programa de detección de personas mayores en situación de riesgo, iniciado en abril de 2004. Lo llevan a cabo médicos, geriatras y diplomados sociales que analizan la situación y movilizan los recursos necesarios para que los afectados sean atendidos.
Según el director general, hay un seguimiento especial de aquellas personas que sufren una situación de riesgo o abandono. "En el 80% de los casos, en los dos meses siguientes a ser detectado el problema, estos mayores se han incorporado a la red normal de atención y son incluidos en el programa de teleasistencia, se les consigue una plaza en una residencia de mayores o nos ponemos en contacto con su médico de cabecera para que les haga un seguimiento. Otras veces conseguimos que los familiares se pongan en contacto con ellos y recuperen la relación que habían perdido por diversas causas", añade Martín Tejedor.
El responsable de Mayores reconoce que la carga de trabajo de su departamento aumenta día a día debido a un progresivo envejecimiento de la población madrileña. Eso también se traduce en que más mayores corran riesgo de caer en soledad.
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