Abandonados en Nuadibú

La situación de los 229 inmigrantes de origen indio que hace 16 días fueron rescatados del carguero Marine I no tiene visos de solucionarse en las próximas horas. La embajadora india enviada por el Gobierno de su país a la ciudad mauritana de Nuadibú para decidir sobre la repatriación de los sin papeles advirtió ayer a las autoridades españolas de que necesitará "dos o tres días más" para terminar de revisar las identidades de los inmigrantes. De esa manera, rectificó sus palabras del día anterior, cuando afirmó que sólo aceptaría la devolución de "unos pocos".

Desde que estalló la crisis, el embajador de España en Mauritania, Alejandro Polanco, no ha aparecido por Nuadibú. En la ciudad se hallan el cónsul general y el agregado de Interior, que justifican la ausencia de Polanco afirmando que su presencia es imprescindible en Nuakchot.

Los inmigrantes llevan seis días encerrados en una antigua fábrica de pescado

Diplomáticos españoles interpretan que el Ejecutivo de Delhi confía en que las presiones de Mauritania sobre España fuercen a esta última a trasladar a los sin papeles a su territorio. Sin embargo, fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores descartan "absolutamente" esa opción.

Lo que está ocurriendo es justamente lo que temían las autoridades españolas desde que el Gobierno de Delhi declaró, hace cuatro días, que los 229 sin papeles identificados por sus propios funcionarios no aparecían en los ordenadores de la Administración. El argumento resultaba poco creíble, porque nadie entiende que un país tan caótico como India pueda tener en sus archivos informáticos a todos y cada uno de sus 800 millones de habitantes. Una funcionaria española trasladada a Mauritania para ayudar a coordinar la crisis interpretó que, en un primer momento, las autoridades indias no imaginaron que el número de sus ciudadanos rescatados en el Marine I fuera tan elevado. Y que, cuando se dieron cuenta de la magnitud del problema, decidieron revisar su primera decisión de aceptar la repatriación de todas las personas documentadas.

Mientras, los sin papeles llevan ya seis días encerrados en una antigua fábrica de pescado del puerto de Nuadibú, donde voluntarios de Cruz Roja, Media Luna Roja y Médicos del Mundo les entretienen proyectando sobre una lona larguísimas películas de su país, proporcionadas por dos religiosas indias de la Misión Católica de la ciudad.