El estilo de la derecha
Tras levantarse la veda -que parecía eterna- en Andalucía, en la persecución de la corrupción urbanística que, como un pulpo gigante, va extendiendo sus tentáculos a lo largo y ancho de la geografía nacional, se ha comprobado que los mismos han alcanzado a todos los partidos políticos, en unos en mayor medida que en otros, dependiendo del grado de implantación social que tienen.
Cuando eso sucede y se comprueba que los indicios son contundentes no ha de esperarse a que haya sentencia firme y dejar que pasen de tres a seis años, según los casos, lo que no deja de ser una triquiñuela y una falta de respeto a la inmensa mayoría de los ciudadanos, sino que lo honesto es adoptar las medidas disciplinarias correspondientes contra los presuntos responsables. Sólo así, los alcaldes y ediles honrados podrán comprobar cómo los ciudadanos distinguen a la perfección la labor desarrollada por unos y otros.
Los socialistas bien caro pagaron en las urnas casos de corrupción que en sus filas tuvieron hace unos años lugar. Los populares se cebaron con ello de forma brutal con el mensaje de constituir ellos un partido ejemplar. Más cosa diferente es predicar que dar trigo. Así, cuando comprobaron que la Fiscalía anticorrupción, tan alabada tiempo atrás, enseñaba los dientes contra ciertas conductas de alguno de sus miembros, defenestraron al jefe de la misma y si te he visto no me acuerdo.
En estos momentos, la defensa ante conductas más que posiblemente corruptas, estriba en decir que se ha desatado una auténtica caza política contra ese partido y que el presidente del Gobierno utiliza la Fiscalía para esa persecución. Se supone que es además un presidente sadomasoquista, pues lo mismo hará con los de su propio partido. Todo menos reconocer la existencia de conductas punibles como el pulpo viene acreditando, sea en tierras andaluzas, valencianas, alicantinas, castellonenses, baleares, canarias y en el interior de la península que, aun encontrándose en la mar, sus tentáculos se extienden también tierra adentro.
Para defensa, la del alcalde de Alhaurín el Grande. Tras arremeter contra el presidente y decir que todo es un invento socialista, gritaba ante un enfervorizado grupo de ciudadanos: ¡ETA en la calle y la gente honrada en la cárcel! No dice la verdad y lo sabe. Hay más etarras que nunca en prisión y la gente honrada no está en la cárcel salvo por error judicial, es decir por decisión de un juez y no del presidente del Gobierno que, por si lo olvida, es también el suyo y el de todos los españoles.
Por lo demás, me agradaría que él y todos los encausados, del color político que sean, queden libres de cargos. Me gustaría que fuera lo normal entre nuestros políticos. El tiempo y los jueces lo dirán, pero me temo lo peor en la mayoría de los casos. Dicho lo cual, añadiré que si se produce una detención de forma espectacular, la ordene un juez o un fiscal, ha de ser por indicios más que fuertes, de forma que prestada la correspondiente declaración el destino ha de ser el de Alhaurín, sí, pero no el Grande sino el de la Torre. Lo uno no quita lo otro.
Pero las declaraciones que comento, impresentables, que recuerdan algunas de Gil y Gil, y gane o no las próximas elecciones el hoy alcalde -recordemos Marbella donde el gilisno venció varias veces por mayoría absoluta, sin pretender con ello hacer comparaciones-, no han sido censuradas por su partido. Un partido que, en los ultimos tiempos, impresión da de haber abandonado una política de centro al tiempo de ganar cada vez con más fuerza terreno la extrema derecha que estaba enmudecida, lo que se consideraba un éxito.
La intervención de Rajoy en el Congreso de los diputados, negando el pan y la sal al Gobierno de España con un planteamiento de todo punto demagógico, la constante manipulación de las víctimas del terrorismo olvidando que muchas de ellas han estado a favor del proceso que no intentaba sino poner fin a la violencia, la constante presión ejercida sobre los magistrados de la Audiencia Nacional cayendo de lleno en una falta evidente de respeto a su independencia, así lo demuestra. Sólo faltaba Aznar, para añadir más fuego al afirmar que Zapatero, sin aportar prueba alguna que lo acredite, se ha rendido a ETA como Chamberlein lo hiciera ante Hitler, olvidando que en España quien de verdad se rindió ante los nazis fue el franquismo que la actual derecha se niega a condenar.
Hoy por hoy, el presidente ha descubierto un "chollo" electoral. Se llama Rajoy y hay que cuidarlo. ¡Azaña, Azaña, cuantos ultraconservadores bendicen hoy tu nombre sin rubor y sin haberte leído o, en su caso, entendido!
Juan José Martínez Zato fue vocal del CGPJ y teniente fiscal del Tribunal Supremo.
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