La violencia asola el fútbol argentino

La violencia amparada en el fútbol se extiende como un incendio imparable fuera de los estadios argentinos. Los Borrachos del Tablón, el grupo de seguidores ultras del River Plate se encuentran en el punto de mira de las autoridades tras el tiroteo de algunos de sus miembros el domingo en los alrededores del estadio Monumental de Buenos Aires. Mientras la fiscalía argentina ha allanado las oficinas del club, se habla de una sanción "ejemplar" que podría implicar el cierre del estadio hasta por cinco partidos.

El episodio forma parte de una suma y sigue macabra. El martes un joven de 15 años era asesinado a tiros en Mendoza en una pelea entre "barras bravas". La víctima no tenía nada que ver y pasaba por la calle en ese momento. Ayer tres barras bravas del Racing de Avellaneda fueron detenidos algunas horas al ser acusados por varios jugadores de intento de extorsión. Anoche en un partido de divisiones inferiores unas 50 personas resultaron heridas en batalla campal, una de ellas por bala de goma.

El comienzo del Torneo Clausura -uno de los dos en los que se divide la Liga argentina- no ha podido empezar con peores augurios. El tiroteo y las cuchilladas protagonizadas el domingo por los ultras del River estaban motivadas por una lucha de poder dentro de los 'Borrachos del Tablón' donde varias facciones luchan por el liderazgo y los beneficios económicos del grupo. Según la prensa los dos principales líderes del grupo se embolsan unos 10.000 euros al mes cada uno. El sueldo mínimo en Argentina apenas supera los 200 euros.

A pesar de las declaraciones de arrepentimiento y colaboración de los directivos del River y de la presentación voluntaria de varios aficionados dispuestos a denunciar a los ultras implicados en los disturbios, los policías enviados por la fiscalía han intervenido el listado de socios, la nómina de empleados y el libro de los registros médicos del club ya que uno de los heridos de bala fue atendido allí y anotado como "N. N" - siglas para desaparecidos y fallecidos desconocidos- en los partes.

El Gobierno federal argentino ha tomado cartas en el asunto ante una violencia cada vez mayor. Los violentos hechos de la primera jornada del torneo liguero han desatado la alarma. A pesar de la gravedad de los hechos, las autoridades se encuentran con la resistencia de los dirigentes de los clubes acostumbrados a elevar jornada a jornada el umbral de lo que se considera violencia tolerable. Así los dirigentes del River han negado autoridad al Ministerio del Interior para decretar el cierre de su estadio cuando lo estime necesario, argumentando que sólo puede hacerlo para partidos del tipo de torneo que se disputara en el momento de los incidentes sancionados. Y para ello citan al archienemigo Boca Juniors, a quien en anteriores ocasiones se le clausuró el estadio para partidos internacionales pero no para la Liga.

Este fin de semana el River Plate viaja hasta Rosario, a 300 kilómetros al norte de Buenos Aires, para disputar la segunda jornada del Torneo Clausura ante el Newell's Old Boys. La policía se encuentra en estado de alerta ante la llegada de los Borrachos del Tablón y es que en Rosario no rige la prohibición -que si existe en otras zonas del país-de permitir la presencia de ultras de los equipos visitantes.