"Creíamos que ya no había ningún riesgo", afirma un trabajador

"Nosotros no sabíamos que todavía quedaba amianto en las instalaciones", explicó ayer uno de los 32 trabajadores expuestos a la inhalación de microfibras de amianto en los trabajos de desmontaje de la fábrica de Poliseda. "Según el plan inicial para retirar el amianto de la fábrica, en la segunda fase no había ningún riesgo. Eso creíamos. Luego vimos que no era así: había en las tuberías", añadió.

De los 130 trabajadores que actualmente tiene Poliseda, 32 participaron en los trabajos de desmontaje de las instalaciones de la fábrica para el traslado a su nueva sede. En principio sólo debían centrarse en el traslado de las máquinas. Pero muchos de esos aparatos estaban conectados a tuberías recubiertas con el material cancerígeno.

"Cuando lo descubrimos, pedimos a la empresa que tomara medidas. Finalmente, la Inspección de Trabajo paralizó la segunda fase del desmontaje y precintó la zona donde quedaba amianto", dicen fuentes del comité de empresa. Los trabajos de desmontaje siguen parados.

Entre la plantilla de la empresa hay preocupación por este tema. "Es algo muy delicado. Con la salud de los trabajadores de no se puede jugar. Se han cometido errores, aunque la empresa, hasta ahora, se está portando correctamente para corregir el asunto", matiza un afectado. Los trabajadores pedirán que, además de a los 32 trabajadores que pudieron estar en contacto con el amianto, el plan de vigilancia de salud se extienda al resto de la plantilla.

Fuentes de Poliseda confirmaron ayer la versión de los trabajadores y aseguraron que "se cumplirá con lo requerido por la Inspección de Trabajo, y se controlará la salud de los 32 trabajadores que podrían haber estado expuestos a la inhalación de amianto, 40 años o lo que dicte el protocolo".

Respecto a la pretensión de los empleados de extender las revisiones médicas al resto del personal, la empresa aseguró que "no hay inconveniente en que los que lo soliciten puedan acogerse a la medida".