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Un leve temblor de tierra obliga a desalojar siete edificios de la capital

El terremoto del sur de Portugal se sintió en varios inmuebles altos de la región

El terremoto que sacudió ayer el sur de Portugal se sintió levemente en la Comunidad de Madrid, sobre todo en los edificios altos. El Instituto Geográfico Nacional informó de que en la región el temblor alcanzó una puntuación de 2 sobre 12 en la escala de Richter. Siete edificios de la capital, la mayoría de oficinas, tuvieron que ser desalojados. Sus inquilinos sintieron mareos y vieron cómo se movían algunos objetos de las mesas. Residentes de Leganés también sintieron el temblor de tierra. No hubo heridos ni daños materiales, según fuentes de Emergencias 112.

"Sentimos cómo, de repente, se nos iba a todos la cabeza. Luego vimos cómo se movía una de las lámparas de la oficina, pero al principio pensamos que había sido cosa del viento", explicaron Eva, Gloria y Sandra, que trabajan en la planta número 10 del Edificio Vitalicio, en el número 21 de la calle de Alcalá (Centro). Este inmueble, junto a otros seis edificios de la capital, fue desalojado después de que el terremoto que sacudió el sur de Portugal se sintiese también en varios edificios altos de la capital, según fuentes de Emergencias 112. Ocurrió sobre las 11.15.

"Los trabajadores y vecinos han salido de los edificios motu proprio, no porque los bomberos les hayan dicho nada", aseguraron fuentes de Emergencias 112. Varios de los desalojados afirmaron, sin embargo, que salieron corriendo porque las alarmas de emergencia saltaron y los bomberos les aconsejaron que bajaran a la calle.

Además del edificio de Alcalá, entre los inmuebles afectados el terremoto están también el del número 141 de la calle de López de Hoyos, el 321 de la avenida de la Albufera, el 31 de la calle de la Princesa, el 9 de la calle de Amaltea y otros situados en las calles de Caballero de Gracia, Almansa y Meneses, todos en Madrid capital.

En el inmueble de López de Hoyos, una treintena de oficinistas salió del edificio en cuanto empezaron los temblores. Después del desalojo, los bomberos revisaron la estructura de los inmuebles y, al comprobar que no estaban dañados, permitieron que los trabajadores regresasen. "Hemos notado un pequeño temblor y nos han dicho que había habido un escape de gas", relató Elena Rodríguez, empleada de una cafetería que está en la planta baja de uno de los edificios desalojados de la zona Centro. "Parecía como si el edificio se pusiese de repente a andar...", ilustró otra trabajadora del número 21 de la calle de Alcalá.

El Samur no tuvo que intervenir: no hubo heridos ni tampoco daños materiales en los edificios. El servicio de Emergencias 112 recibió, desde las 11.40 hasta el mediodía, 62 llamadas de vecinos alarmados por los temblores, tanto de Madrid capital -sobre todo de la zona del paseo de la Castellana y del paseo de Recoletos- como de Leganés. Vecinos de localidades de la periferia como Las Rozas o Alcobendas también aseguraron que habían sentido el pequeño terremoto. "Estaba en casa, sentado en una silla con ruedas, y se ha empezado a mover sola. Ha sido muy leve y ha durado unos segundos", contó Mario Rodríguez, vecino de Alcobendas.

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En cambio, los responsables de los cuatro rascacielos que se están construyendo en la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, al norte de la capital, afirmaron que el temblor de tierra no se había notado en estos inmuebles.

"Creía que me mareaba"

Después del susto, de los mareos y de ver los objetos moverse, al mediodía, 40 minutos después del temblor de tierra, el centenar de trabajadores que habita el Edificio Vitalicio pudieron volver a sentarse en sus oficinas. "No he sentido nada, pero he oído sonar la alarma y me he salido del edificio", contó una empleada, mientras esperaba que los bomberos diesen la orden de "ya podéis volver".

Los que más lo sintieron fueron los oficinistas de las plantas 10, 11 y 12 del inmueble de Alcalá 21. "Estaba trabajando con el ordenador y yo creía al principio que me mareaba. Luego he visto cómo se movían las cosas. Todo ha pasado en segundos", explicó Frederick Jousten, que trabaja en una empresa de electricidad. "He visto moverse las cortinas de la oficina, como si hubiese entrado aire", concluyó otra empleada, antes de meterse de nuevo en el inmueble.

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