El juez sentencia que el burro catalán pertenece a dos autores

Decisión salomónica en el pleito del burro catalán. El Juzgado Mercantil número 3 de Barcelona ha reconocido como autores del popular asno a las dos partes que reclamaban su paternidad. Eso implica que tanto el diseñador del burro, Eloi Alegre, como los jóvenes de Banyoles que lanzaron su campaña catalanista, podrán seguir comercializando ambos animales. Muy parecidos, pero no idénticos, porque lo que diferencia al segundo del primero es que no tiene crin ni testículos, además de una cola caída.

De esta manera, el juez desestima las demandas cruzadas que se presentaron unos y otros en las que se reclamaban 30.000 euros por vulneración de derechos de la propiedad y deja vía libre para que cada cual pueda seguir comercializando su burro. El magistrado José María Fernández Seijo considera que las discrepancias entre los autores les ha podido beneficiar "hasta el punto de hacerse públicos los avatares de la génesis del dibujo, de su transformación y de la campaña de distribución de los logos más allá de las exigencias del mercado".

El juez también recuerda que ambas partes firmaron en su día un contrato para que convivieran ambos dibujos, por lo que no considera razonable "trasladar al mercado las diferencias personales o contractuales, y mucho menos considerar que para el consumidor de estos productos es un elemento determinante de su elección".

La sentencia explica que no hay duda de que Eloi Alegre se inspiró en el toro de Osborne pare recrear el perfil del burro catalán, pero precisa que Jaume Sala y Álex Ferreiro impulsaron "una campaña sencilla, dotada de un claro componente irónico". En este sentido, el juez explica que "la oportunidad de la campaña del burro catalán como contrapunto al toro hispano fue de indudable impacto mediático y permitió un juego inteligente e irónico entre un símbolo gráfico asentado y un nuevo símbolo incipiente para proyectar una imagen distinta".