Ahmadineyad modera el tono de su discurso nuclear
Irán se niega a renunciar a su programa nuclear, pero, en contra de lo esperado, su presidente tampoco lanzó ayer un nuevo desafío a la comunidad internacional. En su discurso con motivo del 28º aniversario de la Revolución Islámica, Mahmud Ahmadineyad se declaró dispuesto a negociar y retrasó el anuncio de un nuevo "avance" nuclear. No está claro si este tono más moderado es fruto de presiones internas o de contratiempos en el paso de la fase de investigación a la escala industrial en el enriquecimiento de uranio.
"Estamos preparados para el diálogo, pero no vamos a suspender nuestras actividades [de enriquecimiento de uranio]. El pueblo nunca aceptaría esta humillación", dijo Ahmadineyad ante decenas de miles de iraníes congregados en la plaza de Azadí (Libertad) de Teherán. A diferencia de otras ocasiones, el presidente no amenazó con abandonar el Tratado de No Proliferación Nuclear y aseguró que defenderá los derechos del pueblo iraní "dentro del marco de la ley".
"Nos movemos deprisa en lo que es un proceso firme y sólido... Hasta el 9 de abril seréis testigos de los grandes avances de la nación iraní, en especial en el campo de la tecnología nuclear", añadió sin dar más detalles. Ese día se cumple un año del anuncio oficial de que Irán había logrado enriquecer uranio. Sin embargo, Ahmadineyad no dijo nada sobre la instalación de 3.000 centrifugadoras en la planta de Natanz, tal como él mismo dio a entender hace unos días. Ese paso se considera el umbral entre la investigación y la producción industrial de uranio enriquecido del que se obtiene tanto el combustible nuclear como el material fisible para las bombas.
"Gracias a Dios, ha escuchado los consejos que le han dado", declaró un diplomático iraní en referencia a las voces más moderadas de la élite dirigente. Sin duda, tal anuncio hubiera aumentado la tensión entre Irán y los países occidentales, donde se sospecha que su programa nuclear tiene ambiciones militares. La fuente descartaba que fueran contratiempos técnicos los que hubieran obligado al presidente a retrasar esa noticia. "Se ha visto obligado a ello y se deja las puertas abiertas por si esa contención no tiene eco".
Las centrifugadoras
En las últimas semanas, expertos con acceso a la información recogida por los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) han revelado que los técnicos iraníes se han encontrado con muchos problemas para hacer funcionar las centrifugadoras (las máquinas donde se enriquece el uranio). De las seis cascadas de 164 que tenían previsto instalar en 2003, sólo dos están operativas y, al parecer, sólo funcionan de forma intermitente. Para lograr una producción industrial de uranio hacen falta decenas de miles de máquinas que funcionen de forma continuada durante meses.
El subdirector de la Organización de la Energía Atómica iraní, Mohamed Saidi, negó ayer que afrontaran "problemas técnicos". Sin embargo, según distintas informaciones, Irán apenas ha podido instalar 300 de las 3.000 centrifugadoras que anunció en abril del año pasado en la planta industrial de Natanz.
Algunos observadores consideran que estas circunstancias podrían dar una oportunidad a la propuesta lanzada hace unos días por el director del OIEA, Mohamed el Baradei, para establecer un "tiempo muerto" sin enriquecimiento y sin sanciones. No obstante, Ahmadineyad rechazó ayer la suspensión, que exigen las resoluciones 1696 y 1737, por lo que hay pocas esperanzas de que Irán cambie su postura en los apenas 10 días que quedan antes de que expire el plazo que establecía la última resolución.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.