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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Soledad Real, comunista y feminista represaliada

Condenada a 30 años, escribió un gran relato de su experiencia

Soledad Real López (Barcelona 1917) fue una de esas militantes indispensables en la resistencia antifranquista y en el retorno de la democracia a España. Como comunista, fue condenada a 20 años de prisión por la dictadura. Impulsó los movimientos de mujeres y de vecinos, y tuvo una estrecha relación con la Librería de Mujeres de Madrid. Murió el pasado día 6

En la madrugada del 6 de febrero nos dejó Soledad Real, en su Barcelona natal, a la que había regresado en los últimos años.

Soledad Real se crió en el barrio obrero y marinero de la Barceloneta. Era hija de un calderero de La Maquinista, y en 1936 ingresó en las Joventuts Socialistes Unificades de Catalunya (JSUC). Allí, el 19 de julio colaboró en la movilización antifascista contra la rebelión militar, ayudando a organizar la resistencia en la Barceloneta.

En 1937 participó en el proceso de creación de la Aliança Nacional de la Dona Jove, junto a figuras como Teresa Pàmies, Margarida Abril e Isabel Vicente. Soledad Real se concentró en el trabajo militante de las mujeres en la retaguardia republicana.

Una vez acaecida la caída de Cataluña se refugió en Francia, viéndose separada dramáticamente de sus familiares. En el país vecino permaneció durante cerca de nueve meses, internada en diversos campos de refugiados del noroeste.

El primero de noviembre de 1939, las autoridades francesas la devolvieron a la fuerza a España por la frontera de Hendaya, junto a otras compañeras de las JSUC como Isabel Vicente y María Salvo. En 1940, establecida nuevamente en la Barceloneta, participó en el proceso de reconstitución del PSUC y de las JSUC.

La detención en agosto del año siguiente derivaría en una condena de treinta años de cárcel, de los que cumplió dieciséis, repartidos en un buen número de prisiones: Les Corts (Barcelona), Torrero (Zaragoza), Ventas (Madrid), Málaga, Segovia y Alcalá de Henares.

En 1957 quedó en libertad condicional pero desterrada, con prohibición de volver a Barcelona y provincia. Establecida en Madrid, continuó militando en el movimiento comunista.

Tuvo una participación activa en el movimiento vecinal y asociativo a través del Movimiento Democrático de Mujeres y de la Asociación de las Mujeres del barrio del Lucero. Durante esta etapa se fueron consolidando sus convicciones feministas, de las que dio fe su larga y entrañable relación con la histórica Librería de Mujeres de Madrid.

A principios de la década de los ochenta sus vivencias vieron la luz en un libro: Las cárceles de Soledad Real (Alfaguara, 1982), de Consuelo García.

Desde entonces no cesó de transmitir el relato de su vida y de su lucha a las nuevas generaciones, en forma de charlas, participación en documentales y entrevistas. Hasta sus últimos días, Sole gustaba definirse como comunista y feminista: su vida dio amplio testimonio de estas dos pasiones.

Soledad Real.
Soledad Real.

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