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Reportaje:

Vigilancia al galope

Una patrulla a caballo de la Policía Municipal recorre desde enero los núcleos urbanos de Las Rozas

Esther Sánchez

Doce del mediodía. Calle de la playa del Sardinero, en Las Rozas. Dos policías municipales a caballo asoman por una esquina. Son los agentes Jaime Lázaro y Ángel García a lomos de Soto, un alazán de ocho años, y Ego, un tordo de nueve. Desde finales de enero, los roceños se pueden encontrar con la pareja de policías en cualquier calle del municipio que cuente con la suficiente amplitud para que sus monturas se sientan cómodas. El Ayuntamiento creó este servicio hace tres años para vigilar las áreas verdes. Ahora, los expertos creen que ya están preparados para controlar también zonas urbanas.

Los agentes montados se alegran de tener ahora "más contacto con la gente"

De momento, el servicio cuenta con tres agentes, aunque el alcalde, Bonifacio de Santiago, del PP, está dispuesto incrementarlo. "Estamos probando la aceptación de los caballos entre la población. Además, los animales también se tienen que adaptar a la gente y al asfalto", comenta. El jefe de policía Paulino Cruza, asegura que el servicio es muy efectivo y los resultados positivos, por lo que espera que la patrulla se consolide y aumente.

Los agentes destinados al servicio son voluntarios. "Es imposible pretender subir a nadie a un caballo si no está dispuesto. Es gratificante, pero al mismo tiempo muy duro y cansado. Hay que soportar horas encima del animal haga frío, calor o llueva". Los agentes inician su jornada a las 9.30 y la finalizan a las dos de la tarde. "Eso es lo habitual, pero en fiestas estamos de once de la mañana a once de la noche".

Lázaro decidió abandonar el servicio en coche y subirse a lomos de un caballo hace tres años. No era un consumado jinete. "Ni mucho menos", confiesa con una sonrisa. "Había montado cuatro o cinco veces. Eso sí, te tienen que gustar los animales". El agente García tampoco tenía gran experiencia con los equinos, pero quería cambiar tras 17 años en la policía. "Es más gratificante. En un coche vas por la calle, pero de pasada. Ahora tengo más contacto con la gente. Al principio se sorprenden al verte, pero luego te paran, te preguntan y sabes más del vecindario", comenta.

La cercanía con el ciudadano es una de las ventajas de dejar el coche aparcado y patrullar a caballo. Además, la altura permite a los agentes observar con mayor precisión lo que ocurre a su alrededor. "Se ve por encima de las vallas si hay algo sospechoso. Es como ir andando pero con más perspectiva", comentan. La utilidad de los caballos en la inspección de los parajes protegidos del municipio es indudable, según los agentes. "Contribuyes a no deteriorar el medioambiente y, además, accedes a lugares donde sería imposible llegar con un vehículo", explican.

La patrulla nació con el objetivo de velar por el medioambiente del municipio. "Gran parte del término está protegido y ahí es donde hemos ejercido hasta ahora", explican. Su labor se centraba en localizar vertidos de escombros, vertidos de aguas residuales y construcciones ilegales. "En las rondas nos hemos topado con animales domésticos, pero también con jabalíes. El otro día conducimos una piara de vuelta al monte. Es fácil porque no son agresivos", relata García.

La presión urbanística de Las Rozas sobre el hábitat del jabalí ha convertido en habitual la presencia de estos animales merodeando por algunas urbanizaciones.

El Ayuntamiento ha creado también una Brigada de Investigación dedicada al mundo juvenil. "Se trata de empezar a bucear dentro de la problemática de la juventud", explica el jefe de la Policía Municipal. La brigada cuenta con ocho miembros escogidos por su formación. "Vigilamos el consumo de alcohol, el tráfico de drogas a pequeña escala y otros delitos que puedan cometer los jóvenes. Si podemos prevenir o corregir, mejor", afirma.

El regidor la califica como una "patrulla volante", que estará pendiente de la evolución de la delincuencia juvenil. Los agentes se desplazan en coches camuflados y sin uniforme. "Pretendemos que sea un servicio disuasorio", concluye.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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