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La SEPI asegura que un astillero civil impediría a Navantia operar en Fene

El presidente de la sociedad comunica a Blanco su rechazo al proyecto de Barreras

Manuel V. Gómez

La Xunta y la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) siguen sin ponerse de acuerdo respecto al futuro de los astilleros de Navantia-Fene, en Ferrol. En la reunión que mantuvieron ayer en Madrid el conselleiro de Industria, Fernando Blanco, y el presidente de la SEPI, Enrique Martínez Robles, éste último negó la posibilidad de que en los terrenos ociosos de la antigua Astano se pueda ubicar el astillero civil que propone Barreras, ya que ello impediría a la empresa pública desarrollar su actividad en las instalaciones ferrolanas, según sostuvo.

La reunión había sido solicitada por el conselleiro de Industria para explicar a la SEPI el proyecto de Hijos de J. Barreras construir buques civiles en Ferrol. Pero el desencuentro entre ambas partes alcanzó incluso a la calificación de los terrenos en los que la empresa gallega desarrollaría su actividad. Para Industria hay una gran cantidad de terreno ocioso donde se podría instalar Barreras, e incluso habló de que Martínez Robles había reconocido en el encuentro que existen 200.000 metros cuadrados sin uso.

En cambio, para el organismo estatal "no son terrenos ociosos, pues en ellos se desarrolla la actividad de construcción naval de Fene y, de llevarse a cabo la propuesta, impediría la utilización de las instalaciones por Navantia". En un comunicado emitido tras la reunión, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales añade que "si no pudiera contar con estas instalaciones, necesitaría desplazar trabajos a otro astillero de la empresa con capacidad de construirlos, para hacer frente a los contratos actuales y a las expectativas de contratación de nuevos programas para la Armada española"· Y cita las instalaciones de Puerto Real-San Fernando, en Cádiz.

Blanco, por su parte, declaró a la salida de la reunión que el organismo estatal permitirá que en este terreno pueda desarrollarse cualquier tipo de instalación industrial, "pero en ningún caso a la construcción naval civil", unas palabras que el conselleiro nacionalista puso en boca de la SEPI, tras una reunión que definió como "amplia y tranquila".

El principal motivo que esgrime el organismo estatal para rechazar la oferta de Barreras y la Xunta es que los acuerdos firmados en 2004 para salvar la parte militar de los astilleros públicos, antes Izar y hoy Navantia, impiden la enajenación de terrenos para convertirlos en astilleros civiles, y que las instalaciones de Astano deben destinarse a la actividad militar hasta 2015.

La sociedad presidida por Martínez Robles añade que la propuesta de la Xunta "no respeta los principios de publicidad, transparencia y concurrencia que deben cumplir los procesos de privatización". Los otros argumentos de la SEPI son que la opción de Barreras supone incorporar "menos trabajadores propios que los que hoy trabajan en Fene" y vulnera el artículo 44 del Estatuto de los Trabajadores, "al no considerar la incorporación de la plantilla actual a las nuevas actividades, sin especificar cuál podría ser su futuro".

Pese a la negativa, el conselleiro de Industria garantizó que la Xunta "apostará por el proyecto hasta el final", por lo que ya solicitó el mes pasado un encuentro con la comisaria de Competencia de la Unión Europea, Neelie Krooes, para negociar directamente con Bruselas. Blanco también pidió ayer a Martínez Robles que le acompañara en el viaje a la capital comunitaria, pero el presidente de la sociedad estatal se negó.

Enrique Martínez Robles y Fernando Blanco, en la reunión de ayer en Madrid.
Enrique Martínez Robles y Fernando Blanco, en la reunión de ayer en Madrid.EFE

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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