El Gobierno italiano no perdona
El Consejo de Ministros aprueba un paquete de medidas "draconianas" y los clubes protestan
Tras el asesinato la semana pasada del policía Filippo Raciti a manos de hinchas radicales, el consejo de ministros italiano, en una reunión extraordinaria, aprobó ayer el paquete de medidas con el que pretende detener a los violentos y que incluye cerrar al público los estadios con capacidad para más de 10.000 espectadores en los que las entradas no sean nominales, además de los recintos que carezcan de tornos de entrada o de sistemas de vigilancia por video en el interior y el exterior. Hoy se decidirá si se reanuda la competición, mientras el Observatorio nacional de las manifestaciones deportivas, dependiente del Ministerio del Interior, decide cuántos de los estadios de Primera -en principio sólo cinco- cumplen con los requisitos. Ayer, el comisario extraordinario de la Federación Italiana, Luca Pancalli, aseguró que el campeonato se reanudará este fin de semana. Las medidas "draconianas", según el ministro del Interior, podrían afectar al Espanyol y al Valencia en sus enfrentamientos europeos con el Livorno y el Inter.
Los clubes, que han reclamado "flexibilidad" y han protestado hasta amenazar con una huelga si les obligaban a jugar a puerta cerrada, pidieron ayer que al menos puedan entrar sus abonados. Así, señaló la Lega, que agrupa a los equipos de Primera y Segunda, los clubes con estadios que no cumplan las normas no sufrirán un daño económico ni pondrán en peligro la seguridad de los asistentes, ya que de los abonados se conoce nombre y ubicación en el estadio.
Mientras, continúa la investigación sobre el asesinato de Raciti: la policía de Catania arrestó a cuatro menores presuntamente relacionados con los incidentes que se produjeron al término del Catania-Palermo. Todos fueron identificados a través de los videos y las fotos de los disturbios. La policía ya ha detenido a 38 personas, 15 de ellas menores. No parece una casualidad: "Cuando llegaba a casa me decía: '¿Sabes quiénes eran? Eran niños, eran niños", dijo ayer Marissa Grasso, viuda de Raciti, al recordar los problemas que solía tener su marido en los partidos. "Espero que su muerte sirva de algo".
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