Telemadrid

Los dirigentes del PSOE no participarán en los programas de Telemadrid en protesta por la "censura y manipulación informativa" que atribuyen a la cadena. Es una respuesta bastante discutible. Renunciar a participar en debates o entrevistas no es la mejor manera de combatir la manipulación, y el error puede ser mayor si se produce en vísperas electorales. El gesto de boicotear puede ser muy expresivo, pero generalmente es más eficaz argumentar bien, incluso cuando se está en minoría o en un medio hostil.

Casi todas las televisiones autonómicas vienen caracterizándose por ser muy sectarias, más que TVE, que lo ha sido mucho en diversas épocas. Algunos programas de Telemadrid lo son en grado sumo (a modo de reducto del PP contra el Gobierno central), pero otros son bastante abiertos.

La experiencia indica que la pluralidad sólo la garantiza un modelo de gestión que desligue la dirección de la cadena del poder político de turno. Por eso, más inteligente que boicotear Telemadrid es exigir al Gobierno de Esperanza Aguirre una reforma como la reciente de RTVE, cuyos puntos esenciales son: elección del presidente o director general por el Parlamento (no por el Gobierno) y por mayoría cualificada (lo que ha permitido la elección consensuada de Luis Fernández); mandato de seis años para que no coincida con la legislatura; Consejo de Administración profesionalizado y revocable y Consejo de Redacción que vigile el respeto del pluralismo.

Siempre será mejor aprovechar las apariciones en pantalla para defender esa reforma que practicar una política de sillas vacías. Y si algún político no lo soporta, que no vaya, pero sin proclamarlo; que sea una actitud personal y no un gesto colectivo.