Integración a medio gas
El proceso de legalización de los Latin Kings de Cataluña sólo atrae a uno de cada cuatro miembros de la banda
En cinco meses de existencia, la asociación juvenil creada para legalizar la situación de los Latin Kings en Cataluña ha tenido un impacto limitado. Sólo 200 de los 800 miembros de la banda que viven en la comunidad -es decir, uno de cada cuatro- han decidido hacer suyo el proyecto de la asociación. La policía autonómica dice, además, que sigue habiendo enfrentamientos en el área de Barcelona entre Latin Kings y Ñetas.
Como ejemplo del reducido poder de convocatoria, una reunión mantenida en la sede de Fedelatina, que agrupa entidades latinas de Barcelona. Una docena de adolescentes suramericanas entran en la sala de actos y toman asiento. Llevan ropa de calle: casi todas, tejanos y un jersey. Nada en su vestuario hace pensar que simpatizan con la banda de los Latin Kings y se sienten integradas en la que llaman "Todopoderosa Nación".
En cinco meses los 200 chicos de la asociación han creado dos comisiones
La policía dice que persisten las peleas entre 'latins' y 'ñetas' en Barcelona
Las adolescentes acaban de salir del instituto y asisten a una de las reuniones de la Organización Cultural de Reyes y Reinas Latinos de Barcelona, el nombre oficial de la entidad juvenil. Hablan de relaciones de género. Pero no hay ni un solo varón. "Les cuesta bastante participar en estas cosas", admite Carlos Pieroro, que ayuda a los chicos a que la asociación vaya adelante.
Tras una dura negociación con las administraciones, el nuevo estatus jurídico de los Latin Kings parecía alejar del oscurantismo y de la pátina de violencia a una de las bandas latinas hegemónicas en España. La creación de la asociación planteó la posibilidad de exportar el modelo a Madrid, donde la conflictividad entre bandas no deja de aumentar.
El último episodio de violencia se vivió hace unos días en las calles de Alcorcón cuando cientos de jóvenes españoles y latinos se enfrentaron en una pelea multitudinaria. La reyerta se saldó con un muerto, aunque no se ha aclarado si los Latin Kings participaron en ella.
En la capital sólo ha habido un intento para integrar a estos jóvenes en la legalidad. La iniciativa corrió a cargo del defensor del Menor de la Comunidad, Pedro Núñez Morgades, en octubre, cuando se reunió con miembros de la asociación de Cataluña. Pero horas antes del encuentro, el Gobierno de Esperanza Aguirre emitió un comunicado en el que descartaba legalizar a personas que hubiesen cometido delitos.
La mayoría de los 800 jóvenes que forman la nación de los Latin Kings en Cataluña son menores de edad o rondan los 18 años. Están divididos en una docena de capítulos, algo así como agrupaciones locales que tienen su propio líder. Hay capítulos en distintos barrios de Barcelona y en otras ciudades del área metropolitana, aunque también en Lleida.
El escaso entusiasmo que ha despertado el proyecto entre los propios correligionarios obedece a varias razones. "Para empezar, no son un bloque monolítico; hay divisiones internas entre los capítulos de varias ciudades e incluso dentro de una misma ciudad", explica Lluís Paradell, uno de los mayores expertos de los Mossos d'Esquadra en bandas latinoamericanas.
Según Paradell, el liderazgo de César Manaba (alias King Manaba y autoproclamado portavoz de los Latin en España) dista de ser absoluto. "Es más amigo de algunos ñetas que de algunos latins. Los liderazgos son débiles", resume Paradell. Otros jóvenes simplemente sienten "pánico" ante la posibilidad de facilitar nombre y apellidos.
A juicio de este policía, crear la asociación ha calmado los ánimos. Pero los enfrentamientos se han reproducido en Barcelona y su área metropolitana, según los Mossos. La mayoría de peleas se originan los fines de semana, cuando los jóvenes salen de fiesta y beben más de la cuenta. "Se enzarzan por cosas nimias: una mala mirada o una disputa por una chica. Como pasó en Alcorcón", añade Paradell.
Más allá de la rivalidad y las disputas puntuales, la asociación trabaja a medio gas. Como no hay un proyecto definido, la entidad se ha abstenido de solicitar las subvenciones que podrían corresponderle como asociación juvenil.
Hasta la fecha se han creado dos comisiones de trabajo. Una, sobre educación, pretende que los jóvenes latinos se ayuden mutuamente para evitar el fracaso escolar. La otra comisión es sobre ocio. De hecho, siguen con las mismas actividades que organizaban antes de crear la asociación: campeonatos de fútbol y conciertos. La música es un elemento esencial e incluso han grabado un disco. Entre el reguetón y el hip-hop, las letras de The Royal Life (ése es el título) difunden el "amor de rey" con un gran trasfondo religioso.
Josep Maria Lahosa, director de Prevención del Delito del Consistorio barcelonés y uno de los negociadores, resta importancia a los números. "No es un problema de cuántos estén en la asociación. El objetivo se ha cumplido porque la conflictividad se ha reducido". En una línea similar se expresa Carles Feixa, antropólogo y protagonista del proceso negociador: "La asociación es una salida para estos jóvenes y para que se adapten a las normas de nuestra sociedad".
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