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La OTAN solicita 4.000 soldados más para Afganistán

El comandante supremo aliado presentará su petición en Sevilla

El nuevo comandante supremo aliado, general John Craddock, ha pedido seis batallones más, alrededor de 4.000 soldados, para Afganistán. Uno de esos batallones iría dedicado a reforzar el oeste del país, la región en la que España tiene ya desplazados unos 700 militares. La petición de Craddock será discutida el próximo jueves por los ministros de Defensa en la reunión informal de la OTAN en Sevilla.

España mantendrá entonces que no va a enviar más efectivos a Afganistán, conforme a lo anunciado por el presidente del Gobierno.

El general Craddock asumió la jefatura militar de la OTAN en diciembre y ya ha presentado su lista de nuevas necesidades, en la que es prioritaria acabar con la carencia de fuerzas de reserva para Afganistán. Su demanda de refuerzos para la ISAF (Fuerza Internacional para la Seguridad de Afganistán), que cuenta en la actualidad con unos 32.000 militares, se produce una vez concluido el año más sangriento desde el derrocamiento de los talibanes en 2001 -con unos 4.000 muertos, en distintas operaciones, incluidos alrededor de 170 soldados de ISAF- y a pocos meses de que empiece una nueva primavera que se prevé agitada.

El general James Jones, anterior jefe aliado, habló en septiembre de un déficit de 2.500 hombres, cifra que ahora Craddock eleva hasta los 4.000. "No hay reservas y eso es grave", señala una fuente diplomática. Esa ausencia de reserva provocó tensiones en la Alianza en septiembre, cuando se echaron en falta refuerzos en el curso de la Operación Medusa, la batalla más intensa librada por la OTAN en su historia, que concluyó con la derrota momentánea de los talibanes en el sur de Afganistán. En los planes de Craddock, dos de los batallones que ahora solicita irían a reforzar el sur; uno, al oeste, donde está presente España; otros dos se dedicarían a misiones de inteligencia y comunicación, en especial para el control de la porosa frontera con Pakistán, y el último estaría dedicado al despliegue en cualquier momento y lugar.

La demanda de Craddock recibirá un primer análisis político en Sevilla, donde los ministros la remitirán al Comité Militar de la OTAN, que la afinará antes de elevarla al Consejo Atlántico formado por los embajadores aliados, que tienen la última palabra. Como hace unos días en Bruselas, cuando los ministros de Exteriores acordaron incrementar el esfuerzo en el desarrollo y reconstrucción de Afganistán, a la cita sevillana le corresponde poner el acento en la vertiente militar.

Los ministros van a oír cómo se reclama a los países que cumplan con sus compromisos de envío de tropas o que ofrezcan nuevos efectivos. Polonia ya anunció a finales del año pasado que enviaría mil hombres y Alemania discute en el Parlamento el desplazamiento de seis aviones Tornado para misiones de vigilancia. Londres anunció la semana pasada que reforzará con otros 800 hombres los 5.000 que tiene en el sur.

España se mantiene ajena a estos movimientos: no va a enviar más soldados, como anunció la pasada semana José Luis Rodríguez Zapatero, y considera que el hecho de que Craddock esté pensando en dedicar un batallón a reforzar el oeste prueba que no puede desplazar de allí a otras zonas del país a los soldados españoles, salvo en muy limitadas situaciones de emergencia.

Los ministros discutirán también sobre las listas de capacidades para hacer más efectiva la misión de ISAF (como incrementar las fuerzas especiales o reducir los destacamentos de ingenieros...) y se plantearán cómo hacer más competente y fiable el Ejército afgano.

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