Urbanismo quiere cerrar ya la reforma de la plaza de las Glòries

Los responsables de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona quieren llevar mañana a la comisión de gobierno del Consistorio la aprobación provisional de la reforma de la plaza de las Glòries. No está tan claro que lo consigan por dos motivos. Uno, que los vecinos del entorno de la plaza piden más concreción de calendario y compromisos firmes de las administraciones y dos, que no quieren exponerse a un eventual plante de Esquerra Republicana.

El plante de Esquerra Republicana, concretamente de Jordi Portabella, podría producirse si el dirigente republicano no estuviera de acuerdo en que el mercado de los Encants se reubique en la futura plaza. Porque eso es precisamente lo que han previsto los técnicos de urbanismo al hacer una reserva de suelo en la futura plaza. Eso supondría, en la práctica, que la idea de Portabella de reubicar el viejo mercado en la plaza de toros de la Monumental -a partir de un hipotético fin de actividad como coso taurino- no cuenta con el suficiente apoyo. De hecho, los otros dos socios del tripartito municipal, PSC e ICV, no están de acuerdo con la opción de la Monumental. La postura final de Esquerra Republicana en este asunto parece que depende "exclusivamente" de Portabella y éste no quiso ayer aclarar su postura a este periódico.

La tan esperada reforma de la plaza de las Glòries -sobre todo por los residentes que viven en su entorno- ha experimentado un súbito acelerón de reuniones entre los representantes de Urbanisno y los de las asociaciones de vecinos. La aprobación inicial de la modificación del Plan General Metropolitano (PGM) se hizo en la primavera pasada, después se abrió un periodo de presentación de alegaciones que concluyó antes del verano con un anuncio de audiencia pública que no se ha concretado. Desde entonces se han mantenido reuniones con los vecinos que no han fraguado en acuerdos; por lo menos, amplios. Los vecinos -de la zona de Clot-Camp de l'Arpa, Poblenou, Sagrada Família y Fortpienc- piden más concreción en calendarios y compromisos en cuanto al derribo del anillo viario y los equipamientos -escuelas, centros de asistencia primaria y centro de día, y pisos dotacionales-, sobre todo porque muchos de ellos dependen de que la Generalitat los haga realidad. También desconfían de los plazos para desmontar el anillo viario elevado y el soterramiento de la Gran Via y ven con más desconfianza el anunciado intercambiador ferroviario en el subsuelo. "Decir, dicen, pero no hay acuerdo entre Renfe, la Generalitat y el Ayuntamiento", apunta Miquel Catasús, uno de los representantes vecinales del proceso.

En lo que parece que hay cierto compromiso es en la cobertura de la Gran Via, cuando se deprima, hasta la Rambla de Poblenou. La concentración de la zona verde resultante en un gran rectángulo en el centro de la plaza también es bien vista por los vecinos que, en cambio, exigen más vivienda pública y de alquiler. El plan prevé, en principio, un millar de pisos de los que un 45% estaría en algún régimen de protección.