Benidorm se prepara para conquistar un turismo de lujo

"El turista de clase media tiene pantalla de plasma en casa y busca lo mejor para sus vacaciones", reconoce un empresario hotelero. Por eso los pequeños hoteles familiares que han hecho triunfar durante décadas a Benidorm están abriendo nuevas fórmulas de nivel cinco estrellas. En los próximos años diez hoteles de lujo, con la firma de un arquitecto de prestigio, abrirán sus puertas en La Marina Baixa, si no lo han hecho ya.

La proliferación de establecimientos de lujo que rebajan precio perjudica a los medios

Benidorm ha ido aumentando su oferta hotelera con establecimientos de lujo y calidad. El proceso es imparable. En Altea, que ya dispone de 628 plazas hoteleras en cinco estrellas y dos establecimientos, se anuncia una nueva urbanización en primera línea a cargo del prestigioso Jean Nouvel.

El arquitecto canario Andrés Piñeiro diseñó el complejo Real de Faula, junto a Terra Mítica, que cuenta con dos campos de golf, y unas excelentes vistas a la bahía de Benidorm. Los dos hoteles de cinco estrellas y las cuidadas instalaciones están siendo explotados por las marcas norteamericanas de prestigio Sheraton y The Westin. Juntos suman medio millar de plazas. Muy cerca han empezado las obras del Hotel Barceló Asia Garden's, un 5 estrellas con 305 habitaciones, que abrirá este verano. Esta área contará en un futuro próximo con otro gran complejo de alta gama en los terrenos de Terra Mítica adquiridos por el constructor Enrique Ortiz. La apuesta por la calidad también interesa a los empresarios locales. Antoni Mayor, dueño de la cadena Ona Sol, ha adquirido una parcela en la playa de Poniente para construir un complejo de estas características. Se levantará justo al lado de la torre In Tempo, un edificio futurista de 47 plantas firmado por el arquitecto alicantino Roberto Pérez Guerras e impulsado por el Grupo Arcentales. Otra de las firmas de arquitectos reconocidas en el mundo de los hoteles es la de Antonio Escario, responsable del Gran Hotel Bali, el hotel más alto de Europa, un cuatro estrellas.

Al modelo de gran resort, alejado del núcleo urbano, hay que sumar una iniciativa diferente denominada "hotel boutique". La cadena Magic Costa Blanca proyecta la transformación del hotel Villa Venecia, ubicado en un antiguo palacete en el castillo de Benidorm, en un establecimiento minimalista. El grupo Iniesta está cuidando todos los detalles del que será el primer hotel de cinco estrellas dentro del casco antiguo, e incluirá cocina de autor con un prestigioso chef y la personalización de los servicios, con un atractivo como las vistas únicas sobre el acantilado de Punta Canfali para quienes habiten sus 17 suites exclusivas. "Uno podrá darse una ducha con hidromasaje mientras contempla el atardecer sobre la playa de Benidorm", señala el promotor Javier García, que invertirá 1,6 millones de euros.

Pero esta apuesta global por la calidad está perjudicando a los pequeños hoteles. "Estos hoteles de lujo bajan los precios para llenar, y el turista que viene es el mismo, no es el de más poder adquisitivo. Esa rebaja en el precio nos afecta al resto, porque no podemos competir. Al final, nos queda lo de siempre, las despedidas de soltero", lamenta un empresario miembro de la patronal hotelera Hosbec. Para el arquitecto Juanjo Chiner "no tiene sentido que un Meliá cobre en Benidorm mucho más barato que en Valencia, teniendo la misma categoría, pero los operadores turísticos ponen sus condiciones". La concepción de Antoni Mayor es diferente: "Benidorm es un paraíso, un superlujo que hemos vendido a precio de saldo. Si recuperamos la escena urbana y mejoramos infraestructuras podemos revalorizarlo".