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Bronca en la cuna política de Zaplana

Tensión entre los tres sectores enfrentados en el PP de Benidorm para lograr lista única

Ninguna agrupación local del PP en España ha reunido tantos altos cargos como la de Benidorm de la mano de Eduardo Zaplana. El control ejercido por el político nacido en Cartagena (Murcia) desde la fundación del PP hasta hoy ha sido indiscutible. Sin embargo, dos acontecimientos extraordinarios cercanos en el tiempo y que tuvieron lugar hace ahora un año volatilizaron la idílica situación, con la sombra del campismo, la corrupción y la traición.

La campaña para la elección de la nueva presidenta del partido, por un lado, y la muerte de Vicente Pérez Devesa, por otro, han dividido en tres partes irreconciliables al PP. Pese al odio que se profesan algunos ediles del PP, ahora intentan recomponer la situación e integrarse en una lista que dará cabida a todos pero no le gustará a nadie. Camps y Zaplana han confirmado su asistencia a la proclamación del actual alcalde, Manuel Pérez Fenoll, como candidato el próximo 2 de marzo. El regidor ha jugado a la ambigüedad entre todos para garantizarse la plaza y mientras los socialistas se frotan las manos.

Pérez Fenoll, Gema Amor y el hijo de Pérez Devesa ultiman una lista en la que la última palabra la tendrá el senador Miguel Barceló

Cuando el 26 de mayo de 2005 la concejal de Cultura y Sanidad, Ángela Barceló, se postuló para ser la presidenta del PP todos se sorprendieron. Hija del senador Miguel Barceló, y por lo tanto, cuñada de Zaplana, era una militante histórica que había estado en un discreto segundo plano. La simpatía de las bases por la edil la hacían ganadora, pero no gustó a la cúpula. Su nombre no entraba en el guión. El portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, y el entonces alcalde, Vicente Pérez Devesa (líderes de las dos facciones históricas del centro derecha local), ya habían pactado que la consejera de Cooperación, Gema Amor, sería el relevo en la alcaldía, con la previa asunción de la presidencia local. El silencio y las conspiraciones dieron lugar a una campaña mediática destructiva. Amor, con el apoyo de la dirección provincial (zaplanista), y Barceló, con el de la regional (campista), se acusaron de utilizar recursos de la Administración, de violar los símbolos del partido y de comprar voluntades. Los amigos íntimos de Zaplana (incluido Ripoll) apoyaron a Amor, pero Barceló consiguió mantener a las bases, aunque perdió el 42% de los votos, y se negó a integrarse en la nueva ejecutiva. Todavía hoy su candidatura celebra cenas mensuales en las que se habla de lo mal que funciona el PP de Gema Amor.

El otro momento histórico se sitúa el 16 de marzo, día de la aparición de la Mare de Déu del Sofratge, patrona de Benidorm, cuando falleció el alcalde, Vicente Pérez Devesa. El relevo en la alcaldía aportó nuevas complicaciones. El número dos en la lista, Manuel Pérez Fenoll, amigo de Zaplana y que se mantuvo al margen en la carrera a la presidencia del PP, asumió la alcaldía y vio cumplido su vieja aspiración, a la vez que le robaba a Gema Amor su sueño de ser candidata en 2007. Sin embargo, la poca sintonía de Pérez Fenoll con los concejales fieles al desaparecido Pérez Devesa provocó recelos y un boicot continuo. Los tres ediles díscolos, defensores de Gema Amor, no han dejado de criticar al alcalde, rompieron la disciplina de voto en un pleno e incluso amenazaron con pasarse al grupo mixto y crear un nuevo partido incorporando al hijo de Pérez Devesa. Esta dramática situación provocó que el nuevo alcalde se refugiara en el sector de Barceló, afín a Camps, para garantizarse los votos.

El anuncio del tándem Pérez Fenoll-Gema Amor para la alcaldía está bendecido por Zaplana, que en una reunión celebrada en noviembre en el Hotel Bali impuso al hijo de Pérez Devesa como número 3. "Con estas tres patas la mesa ya se sostiene", admite un conocedor del partido. Cada uno de los tres intentará colocar a su gente en la lista. Pero la llave, en esta ocasión, no la tiene Zaplana, sino el que fuera, hace ya mucho tiempo, su mentor político, Miguel Barceló.

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