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Reportaje:

Astano choca otra vez con el destino

Los trabajadores de Fene piden que se zanje el debate de los partidos sobre un futuro del astillero fuera del sector público

La factoría de Astano, su superficie y capacidades, han vuelto al centro de una polémica sobre sector naval gallego y el futuro industrial de la comarca ferrolana, ligado al de los dos astilleros de la ría de una forma casi asfixiante.

Astano, Izar o Navantia tienen un denominador común: su imponente grúa pórtico desafía al tiempo y es el símbolo de un pasado próspero cada vez más lejano y de un futuro que siempre es promesa y nunca futuro.

En Navantia Fene trabajan hoy 346 personas. Son pocos, nostálgicos y rondan los cincuenta años. Alguno aún lleva orgulloso un casco heredado de la antigua Astano que se niega a cambiar y muchos, la mayoría, suspiran por marcharse ya. Dicen que están cansados de defender lo que parece estar condenado a muerte, y casi todos lamentan dejar un astillero "vacío y desnudo" sin una nueva generación a la que legar todo lo aprendido.

En su esplendor batió récords de construcción en grada y dio empleo a 10.000 trabajadores
Los sucesivos gobiernos prometieron levantar el veto, pero uno tras otro lo incumplieron
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"El mejor futuro para Fene está dentro del sector público"
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Los prejubilados, en cambio, se cuentan por miles. Recuerdan que uno tras otro los sucesivos gobiernos prometieron levantar el veto de Astano y uno tras otro lo incumplieron, la última vez fue tras la catástrofe del Prestige en 2002.

La empresa ocupa una superficie de 755.000 metros cuadrados al sur de la ría de Ferrol, tiene dos gradas de 337 metros de largo, dos diques secos y varios talleres dotados de la mejor tecnología para la construcción naval. Todo ello presidido por una grúa pórtico capaz de mover 800 toneladas.

Los sindicatos reconocen que es una golosina industrial sólo al alcance de unos pocos, pero critican el "circo vergonzoso" que se ha creado en torno a las capacidades del astillero de Fene con el cruce de declaraciones contradictorias entre la Xunta, la Sepi y la Unión Europea.

La propuesta formulada hace 15 días por la empresa Hijos de J. Barreras para reflotar el astillero no ha calado entre los trabajadores de la antigua Astano, que desconfían de su viabilidad económica pese a contar con el apoyo explícito de la Xunta y de las entidades financieras Caixa Galicia y Caixanova. Los sindicatos se han alineado con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) para defender la permanencia del astillero en el sector público y reclaman carga de trabajo propia y obra militar para sus gradas.

El presidente del Comité de Empresa, Jorge Prieto, de Comisiones Obreras, pide que se zanje cuanto antes el debate mediático sobre el destino de Fene "para evitar una guerra que no sería conveniente" y defiende que "los trabajadores somos consecuentes con la realidad que nos trajo hasta aquí".

El camino de este astillero ha estado plagado de dificultades y ha superado una crisis tras otra como fases de una enfermedad para la que no se encuentra cura, pero este gigante de la construcción naval no siempre estuvo postrado.

El pequeño astillero que un ingeniero ferrolano creó en 1941 sobrevivió durante la posguerra construyendo barcos pesqueros con un capital social que no superaba los 12.000 euros en pesetas de entonces. En pocos años la empresa creció buscando nuevos retos y alianzas comerciales y ya a principios de los setenta, en plena guerra por el precio del crudo en Oriente Medio, Astano batió todos los récords de construcción en grada y alcanzó puntas de 10.000 trabajadores que presumían de ser los obreros más cualificados del sector naval.

Todo un ejército de soldadores, armadores, plomeros e ingenieros que convirtieron a la factoría fenesa en una referencia mundial para la construcción naval de todo tipo de buques. En esos años, por las gradas del astillero de Perlío se deslizaron superpetroleros de 345.000 toneladas como el Arteaga.

Cuentan con orgullo quienes lo vivieron que varios ingenieros nipones asistieron incrédulos en 1972 a la botadura en grada inclinada de uno de los buques más grandes del mundo. Esperaban o temían que la gigantesca estructura de acero del buque se tronzara en medio de la ría, pero sabían los obreros que la pleamar es una ciencia exacta que condujo al petrolero suavemente hacia alta mar.

Batalla preelectoral

La proximidad de las elecciones municipales de mayo de 2007 ha revolucionado a los partidos. Todos sin excepción, PP, PSOE y BNG, han aprovechado la oferta de Barreras para reflotar ASTANO para atrincherarse en la defensa del sector naval y de paso atacar los flancos del contrario.

El portavoz del PPdG en la Comisión de Industria, Ángel Bernardo Tahoces, expresó ayer en Ferrol sus sospechas acerca de las intenciones de la SEPIpara convertir Fene en un polígono industrial. Tahoces calificó esta posibilidad de "atentado" contra la economía de Ferrolterra.

El PsdG-PSOE defiende su compromiso con la comarca y busca en Bruselas una solución al entuerto. Por su parte, el BNG, ha reclamado en la cámara autonómica y en el Congreso de los Diputados que se respalde el proyecto del astillero vigués para privatizar Navantia Fene, propuesta que impulsa la Consellería de Industria, en manos del nacionalista Fernando Blanco.

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